En una jornada que combinó exaltación política y fiesta estudiantil, Nicolás Maduro volvió a mostrarse desafiante ante Estados Unidos. “A mí no me para nadie”, proclamó este viernes el mandatario venezolano, vitoreado por cientos de jóvenes que celebraban su día en un acto frente al Palacio de Miraflores. Entre bailes, música electrónica y consignas de paz, el dirigente chavista acusó a Washington de sostener “asechanzas” y “amenazas letales” contra su gobierno.
El bialecito de Maduro durante el acto por el Día del Estudiante en Miraflores. Foto: REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria Desde agosto, el ejército de Donald Trump mantiene desplegada en el Caribe una extensa operación antinarcóticos: una flotilla de buques de guerra a la que se sumó el portaaviones más grande del mundo.
La Casa Blanca sostiene que el objetivo es frenar el narcotráfico en la región, mientras Caracas denuncia un intento de “derrocamiento” bajo la apariencia de maniobra militar. Según datos oficiales estadounidenses, las acciones ya dejaron más de 80 muertos en una veintena de ataques contra presuntas “narcolanchas”, operaciones que el chavismo califica como “ejecuciones extrajudiciales”.
Ajeno al tono bélico del conflicto, Maduro abrió el acto con un llamado a la celebración. “Es viernes, ¿y qué pasa el viernes? Venezuela en paz se declara en rumba total. ¡Rumba, rumba, rumba! ¡Y a mí no me para nadie! ¡Música!“, gritó mientras sonaban ritmos tropicales y universitarios lo acompañaban con cánticos.
El bialecito de Maduro durante el acto por el Día del Estudiante en Miraflores. Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez Durante su discurso, pidió a los jóvenes venezolanos que contacten a movimientos estudiantiles de Estados Unidos para reclamarles que “paren la guerra”. “No a la guerra, Venezuela quiere paz”, insistió.
El bialecito de Maduro durante el acto por el Día del Estudiante en Miraflores. Foto: EFE/ Miguel Gutiérrez Como banda sonora, se escuchó un tema electrónico con frases del propio mandatario en inglés: “No war, no crazy war, peace, peace, yes peace”, repetía la pista mientras Maduro bailaba y saltaba sobre el escenario.
La euforia del público se coló en el guion. “¡Maduro, te amo!”, le gritó una joven desde una tarima. “Yo también te amo”, devolvió él, aprovechando para reforzar su mensaje emocional: “El amor me da la fuerza para vencer todos los demonios, todas las asechanzas y amenazas que haya que vencer”.
Mientras la tensión con Estados Unidos continúa escalando en el plano militar, Maduro apuesta por mostrarse sólido, en control y, cuando puede, bailando. Una postal que busca contrarrestar la sombra de la flota que lo vigila desde el Caribe.