
Luego de uno de los fines de semana más agitados de los últimos años en la política argentina, dos cuestiones quedaron en la superficie de la borra del café: la cruz sobre la cara de José Luis Espert como candidato a renovar su banca de diputado nacional y la figura del poder “compartido” que podría sobrevenir después del domingo 26.
Espert, tras una fuerte presión interna y externa, se bajó tarde —algún costo electoral le dejará a La Libertad Avanza—, luego de que Javier Milei se convenciera de que sus candidatos bonaerenses no podían seguir haciendo campaña sin resolver ese conflicto, y de observar algunos números complicados.

En paralelo, aparece Mauricio Macri para intentar un segundo salvataje al Gobierno. El primero lo había hecho al inicio de la gestión, cuando ayudó a estabilizar el barco y, junto con varios mandatarios provinciales, tendió una alfombra de gobernabilidad. Una actitud que Milei luego se encargó de dinamitar, en lo que podría considerarse su error más grave hasta el momento.
Macri llegó a Olivos para intentar rescatar ahora a un gobierno magullado, débil y al punto de ebullición ante la voracidad de una parte de la oposición. Este Milei ya no es el mismo que hablaba de “mandriles enrojecidos” y desconocía, con orgullo, los pactos de caballeros.
El expresidente tampoco pretende apuntalar el poder por un acto de caridad. Un llamado desde Washington, sumado al empujón de algunos empresarios amigos, lo llevó hasta Olivos. Estados Unidos colaborará por cuestiones geopolíticas, pero dejó trascender que la confianza en Milei está en caída, sobre todo en su capacidad para controlar el poder.
Para el gobierno de Donald Trump, el garante del respaldo económico y político sería un viejo conocido: Macri. “No es cuestión de prestar plata para que otra vez la despilfarren”, se habría dicho en la oficina de Scott Bessent.
Como custodio del “futuro posible nuevo gobierno”, Macri habría acordado que los ministerios de Seguridad —que deja Patricia Bullrich— y de Defensa —que deja Luis Petri— serán consensuados con Victoria Villarruel, respetando el pacto de 2023 que Milei no cumplió.
En el plano legislativo, se estima que en diciembre Martín Menem dejaría la presidencia del bloque oficialista en Diputados en manos de Cristian “Pucho” Ritondo, otro hombre del PRO. No serían los únicos cambios, salvo que Milei vuelva a desconocer el manifiesto y se embarque en otro de sus viajes al vacío.
Esta columna forma parte del análisis político de Germán Negro, emitida por Córdoba Noticias, el noticiero central de Canal C, al aire de lunes a viernes a las 12 hs.



