Varios países de Europa, entre ellos España, atraviesan una verdadera crisis de la vivienda. Los precios de las propiedades triplican la inflación anual y hacen casi imposible su compra y su alquiler.
Si bien existen “créditos blandos”, financiados por el Estado, que permiten comprar una propiedad sin “entrada” (pagar el 30% del valor total), están limitados a los menores de 35 años, a las parejas con hijos y a las propiedades que valen menos de 350.000 euros.
En el caso de los alquileres, con un promedio de 1.000 euros mensuales en las grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, también pueden resultar inalcanzables para los más jóvenes que, muchas veces, ganan el “salario mínimo” de 1.184 euros mensuales o poco más.
En el programa La Sexta Xplica, el doctor en Finanzas por ICADE, Luis Garvía ha sido contundente al decir que “ser clase media ya no es ni tener una vivienda, sino tener la entrada para acceder a una casa e hipotecarla”. Esto significa, según Garvía, que las familias ya no pueden medir su estabilidad basándose en poseer un inmueble, sino en la capacidad de reunir el dinero suficiente para pagar la “entrada” y luego conseguir un crédito.
Alquilar también pueden resultar difícil para los más jóvenes que, muchas veces, ganan el “salario mínimo” de 1.184 euros mensuales. Foto: Pexels. Garvía también dijo que “es un desastre absoluto que un tercio de las viviendas que se van a adjudicar en el mercado en los próximos 10 años sea por herencia”. A su juicio, la dificultad no radica únicamente en la transmisión patrimonial, sino en la escasez de casas y pisos disponibles, que incrementa las barreras para quienes desean comprar.
El experto advirtió que, en España, “la clase media está desapareciendo” y agregó que “en este contexto, la compra de un hogar se aleja para muchos jóvenes, que tienen salarios bajos y contratos temporales, lo que limita su capacidad de ahorro y planificación financiera”.
Luego destacó la desigual distribución de los inmuebles: “El 45% de las viviendas las tiene gente mayor de 65 años que, además, cobra pensiones”. Esta concentración, sumada a la falta de nuevas construcciones accesibles, contribuye a una situación que definió como “un pescado que se muerde la cola, en la que ponemos capas y capas”. Una realidad que, según el economista, exige replantear de forma urgente las políticas de vivienda.
El experto advirtió que, en España, “la clase media está desapareciendo” y agregó que “en este contexto, la compra de un hogar se aleja para muchos jóvenes. En una intervención anterior había dicho que “el dinero no es riqueza”, sino que “la riqueza es el tiempo libre y poder viajar”. Luego explicó: “Cuando definimos qué es la riqueza, lo hacemos en términos monetarios, es decir, euros. Es más rico el que más euros tiene. Pero tener euros no es tener grano, porque los ricos, en cierto modo, han protegido desde el 2008 al sistema de la inflación”.
Agregó que desde la crisis financiera global de 2008, hay un factor que ha puesto todo el sistema patas arriba, que es la tecnología. Con ella, podemos hacer mucho más con menos.