
La avanzada de reformas impulsada por Javier Milei desató una pulseada silenciosa en lo más alto del poder. El proyecto para modificar el régimen de impuestos se define en esferas no siempre compatibles, como el Ministerio de Economía, a cargo de Luis Caputo, el de Transformación, encabezado por Federico Sturzenegger y Presidencia, donde tallan Santiago Caputo y Karina Milei.
La idea es avanzar en un esquema de simplificación y de menores impuestos, en lugar de una reforma a gran escala. Se habla de un alivio del IVA, una reducción del alcance de Ganancias, y afectar tributos de menor impacto, como tasas. Los empresarios y estudios de abogados ya empezaron a abalanzarse para incluir sus propuestas. “Algo de IVA y Ganancias va a haber“, confirmó un funcionario de Economía.
Al parecer, la iniciativa tuvo idas y vueltas. Arrancó con el equipo del “coloso”. Luego, el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, presentó otra propuesta. Y ahora la está “ensamblando” la secretaría de Legal y Técnica, María Ibarzabal Murphy, una abogada del estudio Cassagne que pasó por la gestión de Mauricio Macri y ascendió a su actual puesto en abril, tras su defensa de la Ley Bases en el Senado.
Las funciones de la Secretaría de Planeamiento Estratégico Normativo serán absorbidas por la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, a cargo de María Ibarzabal Murphy.Ibarzabal apareció en la foto del “nuevo gabinete”. Es del riñon del asesor Caputo y el “cerebro legal” de las reformas, según Milei, por ser quien convierte las convierte en proyectos de ley. Desde hace unos días, cuenta con ayuda de un tapado: el gerente de impuestos de YPF, Juan Pablo Cogorno, un abogado de la Universidad Austral con paso por PwC, Pérez Companc, Petrobras, y Pan American Energy.
“Están viendo lo que se puede tomar de Guberman“, dijo una fuente al tanto de la discusión. El “hombre manos de tijera” trabajó codo a codo con la subsecretaria de Ingresos Públicos, Claudia Balestrini. En Economía son optimistas: apuestan a tratar el Presupuesto en las sesiones extraordinarias de diciembre y desde enero, la reforma laboral y tributaria. No será un cambio de fondo, como la Ley Bases, sino por “etapas”, dicen.
Mientras tanto, la orden en todos los ámbitos es guardar silencio. Tanto es así que los empresarios y sindicalistas que integran el Consejo de Mayo, tuvieron que firmar una cláusula de confidencialidad que les impide compartir documentos, incluyendo el presidente de la UIA, Martín Rappalini. Todavía esperan que el gobierno le presenten un proyecto, lo que está previsto para el próximo 15 de diciembre.
Por ahora, los miembros del consejo se tuvieron que conformar con los lineamientos que presentó Guberman el 28 septiembre. Allí, el encargado de aplicar la motosierra sobre el gasto sostuvo que están intentando reducir “impuestos distorsivos”. De la charla y otras conversaciones privadas, surgen una serie de posibles retoques, con la condición de mantener el equilibrio fiscal.
- Impuesto a los débitos y créditos, más conocido como “impuesto al Cheque”: la idea es ir atenuándolo hasta eliminarlo, lo que a su vez dependerá de la evolución del superávit fiscal.
- IVA: se evalúa la devolución anticipada de saldos a favor y una reducción de la alícuota de entre 2 y 3 puntos, que lleve el gravamen del 21 al 19/18%. En despachos oficiales, se hablaba hace unos meses de un impuesto “dual” con una fuerte baja de la alícuota por parte de Nación y que las provincias compitieran por reducirlo, pero quedó en el camino ante la dificultad que implica tocar la Ley de Coparticipación.
- Ganancias: se propone subir las escalas del impuesto y las deducciones personales, de manera que se reduzca la cantidad de trabajadores alcanzados. También se modificaría el mecanismo de ajuste, que hoy se actualiza en forma semestral por resolución en función de la inflación del semestre previo. La idea es que haya un ajuste automático por inflación.
Una curiosidad es que la reforma de Ganancias no iría junto al paquete tributario, sino dentro de la reforma laboral. Una decisión que probablemente apunta a edulcorar la flexibilización del régimen de trabajo, entre cuyas novedades contempla la extensión de la jornada laboral sin el pago de horas extras, salarios atados a la productividad y la posibilidad de acuerdos a la baja por empresa.
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El Ejecutivo también prevé impulsar el proyecto de Ley de Inocencia Fiscal, que crea el Régimen Simplificado de Ganancias y quedó inerte en el Congreso desde su envío en junio. El plan es “blindar” a los ahorristas ante futuras administraciones para que puedan usar los “dólares del colchón” sin declararlos ni demostrar su origen, con un “tapón fiscal” que impide reclamar impuestos omitidos.
Las firmas de Estados Unidos nucleadas en Amcham buscan sumar cambios. Y el Grupo de los Seis (UIA, ADEBA, Camarco, SRA, Bolsa de Comercio y CAC) propone una nueva reducción de las contribuciones y aportes patronales -un rubro que descendió desde 1993 del 33% al 18/20%- junto con la disminución de la alícuota de Ganancias que pagan las empresas, del 35% al 25%; y la eliminación del “impuesto al cheque”.
El principal desafío del gobierno será compatibilizar una reducción de impuestos con una recaudación en caída por la baja de Bienes Personales en el paquete fiscal del año pasado, la eliminación del Impuesto PAIS, la reducción de aranceles y la eliminación temporal de las retenciones. La expectativa oficial es que la recaudación aumente en 2026 por el repunte de la actividad, que desde marzo estuvo estancada.
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