Los 75 años de la estoica, directa y campeona olímpica princesa Ana, la “verdadera” reina de Inglaterra

Los británicos se quedaron sin una reina modelo cuando murió Isabel II. A muchos les hubiera gustado que la reemplazara su hija, Anne, la estoica Princesa Real (Princess Royal), como se titula a la hija mayor de la soberana. Este viernes cumplirá 75 años y es el miembro más trabajador y silencioso en sus acciones de la Familia Real. Es la más parecida a su padre, el príncipe Felipe, y una rebelde, como él.

No habrá celebración. La princesa se encuentra navegando en su velero junto a Timothy, su segundo marido y vicealmirante, en las remotas islas escocesas, como todos los veranos. Es su mejor forma de festejar, lejos de todo.

A sus 75 años, la princesa aún goza de una reputación casi inigualable en la vida pública británica.

Su nombre se ha convertido en sinónimo de trabajo duro y sensato: la inauguración de placas, el corte de cintas, el apretón de manos, el sentido común, la distancia Real (Royal) en las relaciones personales y la agenda que la ha mantenido ocupada todos estos años.

La princesa Anne en Buckingham Palace. Foto: APLa princesa Anne en Buckingham Palace. Foto: AP

Regularmente encabeza la clasificación no oficial de la familia real con más compromisos cada año (474 en 2024, aunque depende de cómo se cuenten). Ha asumido más que nadie el papel para cubrir las ausencias temporales que dejó el rey Carlos tras su diagnóstico de cáncer.

Campeona de equitación y royal a la británica

Franca, directa, campeona de equitación, acompañó a su madre, Isabel II, hasta su muerte en el Palacio de Balmoral. Estuvo con ella hasta el último minuto. Recibió a su sobrino, Harry, con un abrazo cuando él llegó a despedirse de su abuela. Su padre, el nuevo rey Carlos, Camilla y su hermano William se habían ido del palacio. Luego acompañó el ataúd detrás, en el viejo Bentley color bordó, en su camino hasta el avión militar que lo depositó en Londres.

Para Anne, Camilla no es una soberana. Con toda su sangre azul no le hace su reverencia. “No sos la reina sino, la reina consorte”, le dijo brutalmente. Andrew Parker Bowles, el primer marido de Camilla, había sido uno de sus novios y el vínculo nunca fue bueno entre ellas.

Anne al frente, atrás a la izquierda, la reina Camilla. Foto: APAnne al frente, atrás a la izquierda, la reina Camilla. Foto: AP

No hace falta viajar mucho por Gran Bretaña para encontrar a alguien con una anécdota sobre la princesa Ana. La agenda real muestra sus actividades: discretas, aburridas y eficaces.

Es 18° en la línea de sucesión

Ana Isabel Alicia Luisa, nacida el 15 de agosto de 1950, es miembro de la familia real británica. Es la segunda hija y la única mujer de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo, y la única hermana del rey Carlos III. Nació tercera en la línea de sucesión al trono británico y actualmente ocupa el puesto número 18. Desde 1987, es la Princesa Real (Princess Royal), un título vitalicio.

Nacida en Clarence House, Ana estudió como pupila en la Escuela Benenden. Al llegar a la edad adulta, comenzó a desempeñar funciones reales. Se convirtió en una respetada jinete, ganando una medalla de oro en 1971 y dos de plata en 1975 en el Campeonato Europeo de Concurso Completo. En 1976, se convirtió en la primera miembro de la familia real británica en competir en los Juegos Olímpicos. En 1988, la princesa real se convirtió en miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).

La princesa Anne llega a un festival ecuestre, en Epsom. Foto: ReutersLa princesa Anne llega a un festival ecuestre, en Epsom. Foto: Reuters

Ana desempeña funciones y compromisos oficiales en nombre del monarca. Es mecenas o presidenta de más de 300 organizaciones, entre ellas WISE, Riders for Health y Carers Trust. Su labor en organizaciones benéficas se centra en el deporte, la ciencia, las personas con discapacidad y la salud en países en desarrollo. Ha colaborado con Save the Children (*Salven a los Niños*) durante más de cincuenta años y ha visitado varios de sus proyectos.

Sus casamientos

Ana se casó con el capitán Mark Phillips en 1973. Se separaron en 1989 y se divorciaron en 1992. Tienen dos hijos, Peter Phillips y Zara Tindall, y cinco nietos. Ella jamás aceptó que tuvieran un título de nobleza, para sorpresa de su madre, la reina. Todos viven juntos en la propiedad (estate) en Gloucestershire que le regaló la reina en su primer casamiento, junto a maridos, nuevas esposas, sus caballos, sus hijos, sus ex y sus nietos.

A los pocos meses de su divorcio en 1992, Ana se casó con el comandante (posteriormente vicealmirante) Sir Timothy Laurence, a quien conoció mientras él servía como escudero de su madre entre 1986 y 1989. La madre se opuso. Ella la ignoró y se casó en una iglesia escocesa.

Ana nació a las 11:50 de la mañana, del 15 de agosto de 1950, en Clarence House durante el reinado de su abuelo materno, el rey Jorge VI.

Anne y su esposo, Tim Lawrence. Foto: ReutersAnne y su esposo, Tim Lawrence. Foto: Reuters

Ana se matriculó en la Escuela Benenden en 1963. En 1968, terminó la escuela con seis GCE O-Levels (Certificados Generales de Educación Nivel Ordinario) y dos A-Levels (Certificados Generales de Educación Nivel Avanzado). Comenzó a participar en compromisos reales en 1969, a los 18 años.

En 1970, la princesa mantuvo una breve relación con Andrew Parker Bowles, quien posteriormente se casó con Camilla Shand, la actual reina.

Ana también estuvo brevemente relacionada con el jinete olímpico Richard Meade.

Una agenda organizada seis meses antes

Alguien recuerda haberla visto arremangarse para ayudar a que los baños funcionaran durante una visita humanitaria remota en el extranjero. Un joven jinete recuerda los elogios que recibió después de que la princesa se diera cuenta de que tenía problemas con un caballo difícil durante el desfile real. Ella se aseguró de decirles a sus superiores que lo había manejado admirablemente.

La princesa Anne, en una imagen de mayo de 2024. Foto: APLa princesa Anne, en una imagen de mayo de 2024. Foto: AP

La mitad de la población parece haberla conocido, o tenía un familiar que la conoció. Casi todos están seguros de que disfrutó muchísimo de su conversación, probablemente su favorita de ese día.

Dedicada a la vida pública

A sus 75 años, celebrando su cumpleaños el 15 de agosto, la princesa real puede estar tranquilamente satisfecha con su contribución a la vida pública.

En cierto modo, poco ha cambiado desde que comenzó su vida laboral oficial en 1969, cuando acababa de cumplir 19 años, con un compromiso en un centro de formación de conductores en Shropshire.

Desde entonces, ha continuado toda una vida realizando estas tareas: cientos de ellas cada año, por todo el país y la Commonwealth (Mancomunidad), en algunas de las fábricas menos glamurosas, campos embarrados y reuniones de consejo áridas.

Años muy difíciles

Los últimos años no han sido fáciles para ella. La muerte de su padre y luego de su madre, una grave lesión en la cabeza por la patada de un caballo que, según ella, la dejó “muy cerca” de perder la compostura, el diagnóstico de cáncer de su hermano mayor y la mirada del público volviéndose hacia ella para que diera un paso al frente y fuera la verdadera reina.

Pero la princesa, que siempre ha adoptado el lema no oficial “Simplemente sigue adelante”, es lo que ha hecho.

Ana durante una visita a la tumbas de los caídos en Normandía. Foto: Aaron Chown / AFPAna durante una visita a la tumbas de los caídos en Normandía. Foto: Aaron Chown / AFP

“Es muy accesible, no tolera a los tontos, lo cual, en mi opinión, es bueno”, dice Lord Coe, quien conoció a la princesa como compañera olímpica y colaboró estrechamente con ella en el Comité Olímpico Internacional y durante los Juegos de Londres 2012.

“A menudo recibe más que transmite. Cuando dice algo, siempre es preciso: no habla por hablar“, dijo.

La agenda de la princesa está invariablemente planificada, al detalle, con seis meses de antelación. Su pequeño equipo recibe instrucciones para ocupar cada momento, y una vez que Ana aprueba su agenda, esta sigue adelante.

Feliz cumpleaños en el mar

Sin embargo, en lo que respecta a su propio cumpleaños, no hay mucho planeado. Ha rechazado entrevistas, fiestas y otras ideas para celebrar la ocasión públicamente. En cambio, solo aceptó recibir a más de 100 de sus organizaciones benéficas en el Palacio de Buckingham para “conocer mejor su trabajo”.

Su secretario privado, el coronel John Boyd, reconoció a los asistentes que la decisión de la siempre profesional princesa “probablemente no será una sorpresa”. Pasó dos horas estrechando la mano de los más de 200 invitados.

Ahora ha asumido más que nadie el papel para cubrir las ausencias temporales que dejó el rey Carlos tras su diagnóstico de cáncer.

Ahorrativa, no cambia su peinado desde los 18 años y la moda no existe para ella. Recicla vestidos, tapados, sombreros y carteras de hace 40 años, incluidos los de su madre. La princesa Ana impuso dos reglas estrictas que sus dos hijos debían seguir siempre que aparecían en el balcón real, según reveló su hijo: “No se metan el dedo en la nariz. Compórtense”, exigía.

La hija de la reina se aseguró de que Zara Tindall y su hermano Peter Phillips mantuvieran un comportamiento impecable al subir al balcón del Palacio de Buckingham para celebrar el cumpleaños de la exmonarca.

Ana no muestra signos de bajar el ritmo todavía y ostenta el título de la miembro de la realeza más trabajadora, habiendo asumido 474 compromisos el año pasado y la impresionante cifra de 20.000 a lo largo de su vida adulta. Además, Ana es la mecenas de más de 300 organizaciones benéficas, organizaciones y regimientos militares.

Ana, al igual que su padre, Felipe, planea dar un paso al costado en sus deberes reales al acercarse a sus 80 años y luego, al cumplir los 90, retirarse.

fuente: CLARIN

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