
Manolo Betancur llegó a Estados Unidos en 1999 decidido a construir un camino propio a través del emprendimiento. Sin recursos económicos y sin hablar inglés, este empresario y ex oficial de la Armada de Colombia inició sus estudios universitarios mientras sostenía la esperanza de crecer y prosperar. Cuando las cosas se ponían difíciles recordaba una nota de despedida que le dejó su madre antes de que él emigrara: “Si vas a los Estados Unidos, no puedes rendirte allí, no vas a volver a esta casa como un perdedor”.
Con una maleta llena de sueños y determinación, arrancó su travesía en Tennessee, siguió por California y se instaló en Carolina del Norte con el ideal de acatar ese amoroso consejo materno. Pocos imaginarían que su proyecto se transformaría con los años y le valdría premios por su compromiso social.
Betancur estudió Lenguas Modernas en King University, en Tennessee, y completó un programa de emprendimiento en negocios en la Universidad de Stanford, en California. Su vocación por el trabajo y el compromiso comunitario lo llevaron a establecerse en Carolina del Norte.
Allí, en Central Avenue, la avenida más multicultural de Charlotte, adquirió una panadería que hoy es un punto de referencia para la comunidad latina. Desde ese espacio elaboró una identidad empresarial centrada en el servicio, la solidaridad y el vínculo con sus vecinos.
La acción solidaria que lo convirtió en un referente comunitario: 300 pasteles donados y el más especial de todos
“Llegué a Estados Unidos hace 25 años, no hablaba inglés y no tenía dinero en el bolsillo”, contó Betancur a Today al recordar sus primeros días en el país. Hace 20 años, en 2005, compró y renombró el local y cuenta, con orgullo:“Somos la panadería latina inmigrante más antigua de las Carolinas”.
Today resaltó que desde hace 12 años dona pasteles para celebrar cumpleaños de vecinos que viven en situación de calle. “No los llamamos personas sin hogar. Son nuestros vecinos”, expresó. Relató que el gesto comenzó cuando se acercó a la ONG Raise You Up Ministries para consultar cómo obtenían tortas para los cumpleaños y ofreció donar las que hacían en su negocio. Desde entonces prepara pasteles de vainilla en láminas, con caramelo o duraznos.
La panadería Manolo’s se consolidó como un punto de apoyo comunitario en Charlotte. Foto: web de Manolo Betancur / manolosbakery.comBetancur defiende que “todos deberíamos tener un pastel de cumpleaños” y este 2025 donó su pastel número 300. “Alguien de la organización sin fines de lucro se me acercó un día y me dijo: ‘Manolo, ¿eres el pastelero?’”, recordó. Cuando confirmó su identidad, el empleado le contó que una persona había llorado al recibir su pastel, era la primera vez que tenía uno. “Ese fue el pastel más importante de esta pastelería”, afirmó Betancur a Today.
“Los pequeños negocios son el corazón de Estados Unidos”
De acuerdo con la información de Manolo’s Bakery, Betancur es un emprendedor que fusionó negocio y responsabilidad social. La panadería que dirige en Charlotte colabora con más de 26 organizaciones sin fines de lucro y sostiene iniciativas comunitarias permanentes.
En 2021, su negocio fue reconocido con el premio World Bread Hero USA por la Exposición Internacional de la Industria Panadera.
Las acciones solidarias del emprendedor reflejan su visión sobre el impacto social en Estados Unidos. Foto: web de Manolo Betancur / manolosbakery.comPero Manolo no se limitó a un solo emprendimiento. En sus 27 años en el país también fundó Artisen Vegelato, Tita’s Cake House, Higher Grounds Café, By Immigrant Hands y la organización We Care 4, emprendimientos orientados al impacto social. Para Betancur, dice su página oficial, “los pequeños negocios son el corazón de Estados Unidos”.
Además, es orador frecuente en espacios empresariales y miembro del Consejo de Liderazgo de la NSBA, donde aporta su experiencia para impulsar la inclusión económica.
—



