Literatura popular y los monstruos de la escuela

“Era de noche y llovía / el sol entraba por la chimenea / a la luz de un farol apagado / un ciego leía una carta sin letras / se trataba de la fuga / de un paralítico en bicicleta / agarrado de las trenzas / de su hermano el pelado”.

Son curiosas las formas que la literatura popular elige para manifestarse. Pero si buscamos en Internet esta historia, vamos a encontrar variaciones. Ninguna se parece a la que me tocó conocer en la infancia. ¿De dónde vienen estas frases? ¿Cómo vinieron a parar aquí?

En Colegiales, la literatura popular de fin de curso desconoce estas historias de antaño. El enigma de una escuela de las inmediaciones del Ferrocarril Mitre todavía está en los salones de Primero y Cuarto Grado. En el aula de Primero está la Monja. En la de Segundo está la Gata del Terror llamada Ángela. En la sala de Tercero está el payaso Momo. En la Biblioteca está Chucky. El Chupacabras está en el Patio. En el salón de Cuarto Grado se dice que aparece La Llorona. Y en Quinto, Sexto y Séptimo no hay ningún monstruo, excepto por la Ratita Robaútiles que se pasea por todos los rincones. Es difícil encontrar un lugar en toda la ciudad donde tantas leyendas dispares concurran. Con tan alto nivel de sincretismo. Algunas historias nos llegan desde el cine. Otras, pertenecen al folklore.

El cuento de terror lo narra una niña desde el asiento de atrás del auto a su padre. Mientras éste la lleva una de sus últimas mañanas al colegio. El padre le explica que todo eso es “literatura”: una historia que los más grandes han inventado para reírse de los más chicos. Si no: ¿por qué es justo en las aulas de Quinto, Sexto y Séptimo donde no hay ningún monstruo? La niña le dice a su padre que ya no tiene miedo. Además muy pronto terminarán las clases. Y todos los monstruos se irán de vacaciones.

A Homero Expósito cierta vez le preguntaron qué diferencia había entre la poesía culta y la poesía popular. Expósito, que escribió más de ciento veinte letras de tango, simplemente respondió: ninguna. Claro. Él hizo una de las cosas más extrañas y misteriosas de la literatura argentina. Si Homero Manzi es un poeta romántico; y si Discépolo fue un poeta realista; Homero Expósito hizo una poesía de tango surrealista. Inspirado en la forma de construir metáforas del ultraísmo, escribió frases del tipo: “Trenzas de color de mate amargo / que endulzaron mi letargo gris”; “Un arco de violín / clavado en un gorrión”; “Era más blanda que el agua / que el agua blanda”. ¿Cuál es el color de una trenza de mate amargo? ¿Verde se dirá, con tal vez un poco de dorado? Lo más intrigante es que las trenzas amargas endulzan. ¿Y qué es un arco de violín clavado en un gorrión? Es de lo más curioso: vemos al gorrión herido, pero lo vemos también volando, surcando el cielo como una música. Que nadie diga que una literatura es demasiado difícil para llegar a las masas. No importa si una literatura es culta o popular. Lo más importante, es que sea literatura.

fuente: CLARIN

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