Las dos más grandes crisis del siglo 21 – Perfil

Sin dudas en el año 2000 creíamos que la peor crisis del planeta tierra se podía desatar por el apagón informático del y2k. Esa noche de 1999 nadie podía anticipar cómo iba a cambiar la vida pública y privada en un cuarto de siglo.

El radicalismo estaba en el gobierno y apenas los celulares y las computadoras tenían espacio en nuestras vidas. Nos reíamos de nuestros padres que no sabían enviar mails o apenas sabían utilizar un reproductor de mp3. Todavía viajábamos con discmans a pilas doble A.

Los políticos pensaban que la democracia estaba en crisis por la crisis de representación de los partidos políticos y comenzaron a propulsar la creación de nuevos partidos. Sin embargo todo lo que iba a ocurrir en 20 años iba a mutar tanto todo que ese pasado hoy parece de hace 100 años.

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

La ola de automatización que produjo el desarrollo de los poderosos microprocesadores y hardware con comunicaciones inteligentes tiene sin dudarlo procesos contrarios pero simultáneos de simplificación de procesos, pero de crisis de estructuras sociales.

¿Quién no teme hoy que la inteligencia artificial y el uso de sistemas y software no reemplace sus capacidades laborales?

Por ejemplo el cine, para poner una categoría que no involucre en general a la capacidad artística del hombre. Esas producciones se dan y son difíciles de identificar si esta hecho por un procesador de imágenes o por la naturaleza propia. La famosa escena de Kelly en “cantando bajo la lluvia” no le hubiera requerido al actor hoy mojarse.

La crisis de las personas es tal a nivel de cambios que no consigue establecer estados de situación que duren más de algunos meses”

En el mundo real las circunstancias del impacto de la Inteligencia Artificial ya se pueden palpar en lo económico y pone a prueba al capitalismo que en su búsqueda de eficientizar, no termine terminando con el objetivo de la economía global que es sin lugar a dudas, el bienestar de las personas humanas. Sin personas no hay economía y sin personas no hay producción.

Muchos saltarían rápidamente a responder que hay en china plantas que son autosuficientes energéticamente y en sus plataformas de producción solo hay robots que inclusive trabajan los 365 días del año las 24 horas. Las grandes manufacturas orientales ven cómo ya no dependen de una de sus ventajas comparativas más grandes: la cantidad de gente que vive en ese lugar. Toda esa mano de obra intensiva de baja formación tiene que transformarse ahora a otra cosa porque tendrá que pasar a ser la mano de obra calificada que desarrolle software o proporcione servicios a los nuevos medios de la producción.

Sin personas no hay producción porque sin personas no hay consumo. Por lo que si la economía global, en esta carrera por eliminar al hombre de los distintos procesos productivos, tiene éxito, la crisis del capitalismo mundial está a la vuelta de la esquina.

El hombre no tendrá participación en las actividades económicas de la producción y el factor trabajo sufrirá una enorme depresión en su participación en las ganancias de los procesos económicos. Pero indirectamente el capitalismo global que se basa en la eliminación de costos y en la masificación de los consumos y la producción romperá el equilibrio general y entrará en una violenta crisis de sus mismos fundamentals.

Ya no es suficiente para las actuales generaciones que nos hayan “salvado” del demonio comunista”

Los mismos gurúes del consumo y analistas políticos se encuentran desorientados sobre el futuro de las sociedades, porque solo analizan las consecuencias de estos enormes procesos de transformación en sus fases materiales. Desligando a la persona humana de la dimensión diferencial de la especie humana que es su espiritualidad. Hoy la crisis de las personas es tal a nivel de cambios que no consigue establecer estados de situación que duren más de algunos meses.

El mismo proceso económico ha llevado a muchos a ser nuevamente nómades sin nacionalidad y sin raíces, porque en realidad no existen ya raíces. El capitalismo ha querido desenterrar las raíces de las sociedades para que se sequen y así generar una nueva nacionalidad bien definida que es “consumidor y espectador del mundo”.
Nos llevan de las narices a través de las definiciones caprichosas de destinos laborales a veces sin sentido definidos por los nuevos burócratas globales que no son otros que los diversos managments de las grandes compañías globales que a su vez son las caras visibles de los fondos de inversión más grandes del mundo.

Es una realidad que dejó de ser establecida como una “teoría conspirativa” de gente que “ve fantasmas” como creíamos en la década del 90 en la Argentina. Hoy es una “realidad conspirativa”
Podríamos intentar algunas respuestas a las preguntas ¿son realidades? Y a su vez, si son conspirativas en términos nominales, ¿contra qué conspiran directa o indirectamente, intencional o no estas acciones?

El capitalismo del siglo 21 llevó a que los países no fueran las entidades políticas económicas más relevantes de la Tierra. La pandemia demostró que la gobernanza mundial de empresas y instituciones supranacionales pueden parar el mundo durante años sin que los estados nación puedan hacer demasiado para frenarlos.

Los fundamentos de nuestras sociedades se sacudieran hasta los cimientos”

Por ejemplo El CEO de Pfizer vendió acciones por US$ 5,6 millones el mismo día en que se anunció el éxito de la vacuna. El director ejecutivo Albert Bourla vendió 132.508 unidades a US$ 41,94 por título, según un documento de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos. En ese mismo momento, en muchos lugares de la Argentina no se podían abrir los comercios ni los clubes ni las escuelas, ni se podía rezar una misa por un padre que había fallecido.

Esta tremenda desviación estándar sobre los beneficios del capitalismo postmoderno, hizo que durante estos últimos 25 años en muchos países la pobreza aumente, pero por sobre todo, los fundamentos de nuestras sociedades se sacudieran hasta los cimientos.

En un entorno ya volátil, donde las drogas y los problemas sociales vinculados a la delincuencia organizada no encuentran techo en América toda, la sociedad trata de reagruparse en entornos más seguros y conocidos. Hace 50 años que se ven y viven los mismos procesos justificados por las mismas historias vinculadas a un supuesto cielo capitalista que nunca llega. Ya no es suficiente para las actuales generaciones que nos hayan “salvado” del demonio comunista.

En estos procesos dinámicos, el tiempo de la historia es mucho más paciente que el tiempo de las personas en el aquí y ahora, donde todos nos preguntamos si el año que viene nuestro trabajo seguirá existiendo, si nuestra empresa seguirá existiendo y si nuestra familia no será reemplazada mañana por un robot con aspecto maternal, pero sin alma.

* Presidente de GobPartners Consulting ex Vice-Ministro de Producción de la Provincia de Buenos Aires, ex responsable de Asuntos Públicos Arcor Group (2004-2016), Lic. en Ciencias Políticas por (UCA)

fuente: GOOGLE NEWS

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