
La expansión de la inteligencia artificial está modificando de raíz la manera en que se trabaja. Tareas que antes dependían del criterio humano —desde redactar documentos hasta procesar información compleja— hoy pueden resolverse de forma automática, rápida y con precisión. Este salto tecnológico está reconfigurando prioridades y plantea cuáles profesiones podrían perder relevancia en los próximos años.
Análisis de distintos modelos de IA coinciden en que Derecho, Contabilidad y Administración de Empresas atraviesan un punto crítico. No se trata de carreras que vayan a desaparecer, pero sí de disciplinas que deberán reinventarse para convivir con herramientas capaces de ejecutar gran parte del trabajo operativo que antes demandaba tiempo y equipos completos.

En el ámbito jurídico, las plataformas automatizadas ya realizan tareas como revisión de contratos, búsqueda de antecedentes o armado de borradores, lo que reduce el volumen de trabajo inicial. Sin embargo, la IA no reemplaza la interpretación, la estrategia ni el criterio ético, por lo que la especialización en temas digitales y regulaciones tecnológicas aparece como un camino necesario.
En la contabilidad, los sistemas automatizados pueden registrar movimientos, detectar inconsistencias y generar reportes en segundos. Ante este panorama, el profesional del futuro deberá orientarse más al análisis, la gestión de riesgos y la toma de decisiones basada en datos, incorporando competencias digitales que ya son indispensables.
Finalmente, la tradicional Administración de Empresas enfrenta el desafío de un mercado que exige perfiles con manejo de tecnología, análisis de datos y liderazgo digital. La carrera solo mantendrá su peso si suma contenidos vinculados a la inteligencia de negocios, la gestión tecnológica y los entornos híbridos que hoy predominan en las organizaciones.
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