La vacuna contra la hepatitis B que podría salvarte la vida

Sentir dolor en la zona del estómago, el abdomen o las articulaciones, tener fiebre, perder el apetito, sentir debilidad y mucho cansancio, y presentar una coloración amarillenta en la piel y el blanco de los ojos son algunos de los síntomas relacionados con la hepatitis B, una infección grave causada por un virus.

La Clínica Mayo, de Estados Unidos, dice que “en la mayoría de las personas, la hepatitis B aguda es de corta duración, menos de seis meses. Sin embargo, en otras personas, la infección se vuelve crónica y aumenta el riesgo de sufrir insuficiencia hepática y cicatrices graves en el hígado (cirrosis)”.

Como la hepatitis B crónica también está relacionada con el cáncer de hígado, en este caso, podría resultar mortal. Los pacientes con la variante crónica, que no presentan síntomas, necesitan de un trasplante de hígado, en caso de fracasar otros tratamientos.

Por suerte, la ciencia desarrolló una vacuna que protege de esta enfermedad en cualquiera de sus variantes.

El centro de salud estadounidense explica que la vacuna es la forma principal de prevenir la infección por el virus de la hepatitis B. “Se administra en dos dosis con un mes de diferencia, o tres o cuatro dosis en un lapso de seis meses. La cantidad de dosis depende del tipo de vacuna contra la hepatitis B que se administre”.

El Advisory Committee on Immunization Practices (Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización) recomienda que los bebés reciban la primera dosis después de nacer. Si una persona no recibió la vacuna cuando era un bebé o niño, puede vacunarse hasta los 59 años. “Si tienes 60 años o más y no recibiste la vacuna, acude a que te la coloquen si corres riesgo de estar expuesto al virus”, agrega el Comité.

El contacto sexual, sin preservativo, con una persona infectada es una forma común de contraer la enfermedad. Foto: Shutterstock.El contacto sexual, sin preservativo, con una persona infectada es una forma común de contraer la enfermedad. Foto: Shutterstock.

La vacuna, entonces, está recomendada para recién nacidos, niños y adolescentes que no la recibieron al nacer, personas que trabajan o viven en centros para personas con discapacidades o que viven con alguien que tiene hepatitis B. También, el personal de salud y de emergencias que está en contacto con sangre. Y cualquier persona que tenga una infección de trasmisión sexual, incluido el VIH.

Los síntomas de la enfermedad, en caso de ser aguda, varían de leves a graves. Por lo general, comienzan aproximadamente de 1 a 4 meses después de la infección. Sin embargo, podrían ser notorios incluso dos semanas después. Algunas personas con hepatitis B aguda o crónica pueden no tener síntomas, en especial los niños pequeños.

Las maneras de contagio más comunes son el contacto sexual, sin preservativo, con una persona infectada porque el virus se trasmite si la sangre, la saliva, el semen o los líquidos vaginales ingresan al cuerpo. Otra forma es compartir agujas y jeringas contaminadas o a través de pinchazos accidentales (en especial en los centros de salud). El virus también pasa de una mujer embarazado a su hijo.

Además de recibir la vacuna, otras maneras de prevención son las siguientes: conocer el estado en cuanto a este virus de cualquier pareja sexual, usar siempre preservativo nuevo de látex o poliuretano, no consumir drogas ilícitas y tener cuidado con piercings corporales y tatuajes (hacerlos solo con profesionales de reconocida reputación).

fuente: CLARIN

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