La sospecha del origen del fuego y una advertencia que habría sido ignorada

Los primeros que vieron el fuego creyeron que lo controlarían con tensa velocidad. Intentaron apagarlo. Pero no pudieron. Se extendió rápido. No saben cómo empezó ni por qué. Sí saben donde. El gran incendio en el Polígono Industrial de Carlos Spegazzini, en la localidad de Ezeiza, se inició en la compañia Logística Fizbay, nombre comercial de Logischem. Así lo admitieron fuentes de la empresa contactadas por Clarín.

“Es muy extraño porque cinco minutos antes se había hecho lo que llamamos ronda de seguridad, un recorrido por toda la empresa para cerrarla después de un día de trabajo. Los empleados se estaban yendo cuando descubrieron las llamas. contaron que era un fuego, en principio, chico. Pero después empezó a avanzar. Por suerte los muchachos escaparon y nadie resultó herido, o peor, muerto”, ampliaron directivos de esa firma con cuarenta años en el mercado y doce trabajando en Ezeiza.

Una hipótesis es que el desastre se desató cuando las llamas descontroladas llegaron a recipientes de agua oxigenada para uso industrial. Es material inflamable. Hubo implosiones, explosiones que se sucedieron de menor a mayor hasta un estallido final, monumental, que visto desde las cercanías fue similar al de un bomba con inmediato hongo de humo estremecedor. Son cientos los vecinos de la zona, e incluso más que viven a varios kilómetros de distancia, que entraron en pánico por las ondas expansivas que llegaron de golpe y rompieron vidrios de sus casas o locales. El estruendo alcanzó a barrios de hasta 15 kilómetros a la redonda.

Desde la Logischem volaron techos y materiales ardientes, primero, a una empresa cercana. Es Iron Mountain. También explotó todo en pocos minutos. La firma se dedica a resguardar papeles de valor de grandes firmas para que supuestamente queden a salvo de siniestros. Es el segundo incendio en el país que quema una sede de esa compañía. El primero ocurrió en Barracas en el 2014 y fue tal su tamaño que diez bomberos murieron intentando apagarlo cuando una pared cayó sobre ellos.

Incendio en el Polígono Industrial de Ezeiza. Foto: DRONE TNIncendio en el Polígono Industrial de Ezeiza. Foto: DRONE TN

El viento de la noche del viernes movió las llamas y elementos encendidos a los depósitos de Neumáticos Larroca, donde se guardan ruedas de enorme tamaño, tal como las que usan vehículos de minería. Y a los de la firma Plásticos Lago. Muchas otras empresas instaladas en el Polígono Industrial de Ezeiza, lindero a la autopista que une esa localidad con Cañuelas, se vieron afectadas por las ondas expansivas de las explosiones que volaron fachadas, ventanales, parabrisas de camiones y rompieron oficinas.

Directivos de una empresa que trabaja en esa zona fabril le reveló a Clarín que los bomberos le habían advertido, hace tiempo, que si alguna vez había un incendio en sus depósitos no iban a poder apagarlo debido a la acumulación de material inflamable que había allí. Fue un comentario informal pero fue recordado de inmediato por las fuentes que lo transmitieron ahora Clarín. Nada se hizo entonces. No fue un alerta oficial.

Tras el estallido del viernes, el intendente de Ezeiza, Gastón “Gato”’Granados, hizo las primeras declaraciones en estado de shock: vive a dos kilómetros del Polígono Industrial y las explosiones hicieron temblar su casa, que sufrió roturas.

“Dicen que se cayó una avioneta”, se apuró a afirmar.

Ayer por la mañana, el mandamás del clan Granados, que Gobierna Ezeiza desde 1995, Alejandro Granados, padre del “Gato”, acompañó a su hijo a una primera reunión con los empresarios afectados por el desastre.

“Vamos a conseguir ayuda financiera del Banco Provincia y del Banco Nación para que puedan volver a levantar sus fábricas en Ezeiza”, prometió.

Clarín pudo saber que Granados padre describe a lo que pasó como “un milagro”: “No hubo muertos y los heridos están fuera de peligro. Ahora es un problema de plata, y cuando es así va a haber una solución”.

Bomberos en la extinción de las llamas este sábado en Ezeiza. Foto: EFEBomberos en la extinción de las llamas este sábado en Ezeiza. Foto: EFE

Los directivos de Logischem se lamentaban anoche por lo perdido y temían que los vecinos de esa zona industrial no les perdonen nunca que el incendio se haya iniciado en sus galpones. “Una bomba estalló en Ezeiza”, insistía Granados padre a sus interlocutores de confianza.

¿El diseño del Polígono Industrial cumplía con las normativas que regulan el trabajo de empresas que trabajan con materiales inflamables? ¿Las firmas afectadas tenían, a su vez, la documentación de control municipal en regla?

Es una de las tantas investigaciones que iniciará la fiscal del caso, Florencia Belloc, que se hizo presente en el Polígono Industrial la misma noche de la gran explosión y los incendios.

Fue ella la que pidió que se organice allí mismo una mesa de expertos y ordenó una primera medida: los bomberos debían apagar las llamas, pero intentando preservar el máximo posible a los posibles lugares de inicio del fuego. Fue por eso que debió registrarse qué vehículo movía algún elemento de entre los escombros, y por qué.

De acuerdo a fuentes judiciales que conocen la trama de este causa recién abierta, la doctora Belloc espera ahora una pericia de bomberos de la Policía Federal para preparar diferentes hipótesis sobre lo sucedido. Si descubriera que se cometió algún delito, algo de lo que por ahora no hay pruebas, entonces el expediente tomaría un rumbo de impacto politico, social y económico.

En 48 horas la Justicia tendría en su poder informes preliminares de los peritos expertos en incendios dolosos o culposos.

Recolectará además las denuncias de vecinos que sufrieron roturas en sus viviendas por las explosiones.

“Todas las Empresas estaban habilitadas y con los papele papeles en orden”, aseguraron a Clarín fuentes de la municipalidad de Ezeiza.

Intendentes del PJ bonaerense de distrios aledaños a la zona de las grandes y explosivas llamaradas, acompañaron al municipio aportando dotaciones de bomberos, y ambulancias.

La gobernación bonaerense lideró el operativo para garantizar la seguridad mediante la operatividad del ministro del área, Javier Alonso. Especialistas en Medio Ambiente midieron la posibilidad de que la gran nube de humo fuera tóxica. La Justicia está satisfecha con esas labores, supo Clarín por fuentes vinculadas a la causa.

Ayer aun había pequeños focos de incendios en el predio destrozado pero los bomberos prefirieron dejar que se apaguen solos antes de gastar más agua de sus autobombas, quizás necesarias en otras urgencias.

La magnitud de las explosiones y del gran incendio convencieron el viernes a la noche a las autoridades que se estaba ante una tragedia de dimensiones desconocidas para el populoso conurbano bonaerense.

Dos días después volvió cierta calma aunque será la Justicia la que determine qué pasó, por qué y si se pudo prevenir aquel momento en el que pareció que en Ezeiza había caído una bomba.

El incendio fue tan impresionante que se viralizó en las redes y fue noticia mundial.

Toda hipótesis parecía imposible el viernes por la noche. El terror ante ese escenario se fue apagando con el paso de las horas, así como las llamas. Aunque algunos focos pequeños siguen aun ardiendo en Ezeiza. Pequeños, pero ardiendo aun.

fuente: CLARIN

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