
La natalidad se desploma en Córdoba y el futuro preocupa: menos alumnos, menos aportes, más desafíos.
La tasa de natalidad en Argentina atraviesa una fuerte caída y Córdoba no es la excepción. Según datos del Registro Civil, la capital provincial pasó de registrar 20.800 nacimientos en 2018 a solo 8.681 en 2024. Esto representa una baja del 60%, una cifra que genera alarma por sus implicancias sociales, económicas y demográficas.
En todo el país, el escenario también es preocupante. En 2014 se reportaban 800 mil nacimientos, con una tasa de 18,2 por cada mil habitantes. Para 2022, ese número bajó a 10,2 nacimientos por cada mil, marcando una clara tendencia descendente.

Impacto en escuelas y jardines
El efecto ya se siente en el sistema educativo. Desde Telenoche indicaron que hay un 30% menos de niños que ingresan a primer grado. Varias guarderías cerraron sus puertas y muchas salas de jardín fueron eliminadas. Si bien esta reducción plantea nuevos problemas, algunos docentes ven una posibilidad: grupos más pequeños permitirían una enseñanza más personalizada y eficaz.
Un problema económico en el horizonte
El panorama también afecta al sistema económico. Se necesitan al menos cuatro trabajadores activos para sostener el haber de un jubilado. En la actualidad, la relación es de apenas dos por cada pasivo, y se espera que se siga deteriorando. Esto pone en jaque el financiamiento futuro del sistema previsional argentino.

¿Por qué nacen menos bebés?
Las causas de esta caída son múltiples: la crisis económica, la postergación de la maternidad, la baja convivencia en pareja y el crecimiento de hogares unipersonales —que ya representan el 30% en el país— están entre los principales factores. Para mantener una población estable, se requieren al menos 2,2 hijos por mujer, cifra que hoy está muy por debajo.
Los datos de Córdoba muestran una curva descendente constante: 19.713 nacimientos en 2019, 15.201 en 2020, 11.379 en 2021, 11.323 en 2022, 9.492 en 2023 y 8.681 en 2024. El desafío no es menor: la ciudad y el país deberán repensar sus políticas para enfrentar esta transformación silenciosa pero profunda.