Un escándalo sacude a la ciudad cordobesa de Deán Funes. La Iglesia investiga al sacerdote Sergio Romero, luego de la viralización de un video donde se lo ve en lo que definieron como un “comportamiento inapropiado a la dignidad sacerdotal”. El material circuló primero en grupos de WhatsApp y luego se expandió por redes sociales, generando conmoción en la comunidad.
Medidas inmediatas y reacción institucional
A raíz de este episodio, el Instituto Presbítero Sagrado Corazón, donde Romero oficiaba misa y desarrollaba actividades, decidió apartarlo de todas sus funciones. La Prelatura de Deán Funes, encabezada por el obispo Enrique Eguía, emitió un comunicado en el que anunció el inicio de una investigación formal según lo dispuesto por el Código de Derecho Canónico (canon 1717).
En las primeras horas del escándalo, Romero envió un mensaje al grupo parroquial en el que agradeció el apoyo recibido y confirmó que el obispo publicaría un texto oficial. “Sigo fortalecido por las oraciones de ustedes y seguimos para adelante”, expresó el sacerdote, que también es vicepresidente de Cáritas diocesana y contaba con una imagen positiva por sus obras de caridad.
Qué dice el Derecho Canónico
La investigación se rige por el canon 1717, que establece que cuando hay una acusación verosímil, el obispo debe iniciar una indagación cuidadosa, protegiendo tanto la verdad como la buena fama de las personas involucradas. Por el momento, Romero fue apartado y se aguardan avances en el proceso eclesiástico para definir su situación.
