Este viernes se llevó a cabo la segunda audiencia del juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez. Cuatro testigos prestaron declaración, entre ellos Ertha Janet Vargas, la abuela del acusado, que brindó una perspectiva más íntima sobre su crianza y su vida antes del crimen.
Vargas fue la primera en sentarse en el banquillo de testigos y en responder cada una de las preguntas que le hizo la defensora de Soto, la querella y la fiscalía. En su testimonio, la mujer describió la infancia de su nieto y algunas cuestiones referidas a la vida del joven en Córdoba.
Cuando le preguntaron cómo era la personalidad de Soto y si alguna vez había tenido problemas con otras personas en la escuela, Vargas respondió: “Él siempre fue buen amigo, buen compañero”. Y completamente conmovida agregó: “No lo puedo entender, he sufrido muchísimo por esto. Yo quiero defender lo que es él. A él le falló la mente”.
“Néstor tenía problemas psicológicos”
La abuela de Soto aseguró que su nieto tenía problemas psicológicos
Respecto a la vida de Soto en Córdoba y sus estudios universitarios, la abuela de Néstor aseguró que lo veía abrumado por la presión académica y que por ese motivo, junto con la madre del joven, se pusieron en contacto con la Universidad Nacional de Córdoba para solicitar asistencia psicológica ya que ellas no podían pagarlo. Explicó que, debido al estrés, Néstor estaba perdiendo el cabello, pero que nunca recibieron una respuesta de la institución.
“ Acá murieron dos personas, Néstor después de eso no tiene vida”
Tras su testimonio, declararon tres jóvenes que eran compañeras de Catalina y Néstor Soto, quienes ofrecieron detalles sobre el vínculo que tenía con el acusado y su comportamiento en los meses previos al crimen.
