
La Constitución Nacional establece en el artículo 48 “La Cámara de diputados se compondrá de representantes elegidos directamente por el pueblo de las provincias, de la ciudad de Buenos Aires, y de la Capital en caso de traslado, que se consideran a este fin como distritos electorales de un solo Estado y a simple pluralidad de sufragios.
El número de representantes será de uno por cada 33 mil habitantes o fracción que no baje de dieciséis mil quinientos. Después de la realización de cada censo el Congreso fijará la representación con arreglo al mismo pudiendo aumentar, pero no disminuir la base expresada por cada diputado”.
En 1972 durante el gobierno de facto del general Lanusse se dicta el decreto ley 19862 que altera la composición de la Cámara de diputados pues al reparto de bancas según la población, agrega bancas para que las provincias menos pobladas tengan cinco diputados. Además, fija un tope a la provincia de Buenos Aires y a la ciudad de Buenos Aires.
En 1983 el último gobierno de facto, el presidido por el general Bignone dicta el decreto 22947/83 que fija un piso de 160 mil habitantes y agrega tres diputados por provincia asegurando cinco bancas a las provincias menos pobladas.
En las elecciones de 1983 regía el sistema de colegio electoral para elegir al presidente de la Nación que lo integraba el doble de la suma de diputados y senadores de cada provincia y la capital federal por lo que dadas las distorsiones establecidas en el decreto 22947/ 83 pudo darse el caso de un presidente con mayoría popular pero derrotado en el Colegio Electoral, como fue el caso de Hillary Clinton en los Estados Unidos que se impuso por más de tres millones de votos pero perdió en electores aunque en este caso el problema fue el sistema de elección de electores que se los otorga solamente al ganador del estado.
La Cámara de diputados tiene 257 bancas. La población argentina es de 46.044.703 habitantes por lo tanto corresponde un diputado cada 179.162 habitantes o fracción que no baje de 90 mil aproximadamente.
Asignando la representación de acuerdo a lo establecido en la Constitución Nacional podemos ver las enormes distorsiones existentes en la representación política argentina teniendo en cuenta que la igualdad de las provincias se da en la representación en el Senado pues los diputados son representantes del pueblo de la Nación en su conjunto.
Algunos ejemplos demuestran la deformación que señalamos. Córdoba tiene 719.198 habitantes más que la ciudad de Buenos Aires, pero sus diputados son dieciocho frente a los veinticinco con que cuenta la capital argentina. También Santa Fe con 290 mil habitantes menos que Córdoba tiene un diputado más que su vecina y seis menos que la ciudad de Buenos Aires, aunque cuenta con unos 330 mil habitantes menos.
Sin duda la más subrepresentada es la provincia de Buenos Aires con sus setenta diputados, límite que fijó el decreto de un gobierno de facto sancionó violando la constitución 22947/ 83. La provincia de Buenos Aires tiene un diputado cada 252.342 habitantes cuando Tierra del fuego elige un diputado nacional cada 25 mil habitantes, la Pampa uno cada 64 mil o la Rioja cada 76 mil. Escandaloso.
Los ejemplos que muestran las distorsiones no se ven solamente en los grandes padrones. Santiago del Estero tiene un diputado nacional cada 152 mil habitantes y su lindera Catamarca cada 86 mil. Mendoza, la quinta provincia, la más chica de las grandes o la más grande de las chicas decía el académico Pérez Gilhou, es representada en el Congreso por un legislador cada 205 mil habitantes y San Luis tiene un diputado cada 108 mil.
Esto es una alteración del principio de “igual valor del voto”, doctrina elaborada en la Corte Suprema de los Estados Unidos que cuando fue presidida por Earl Warren, uno de los más notables titulares de ese poder, intervino en casos planteados en algunos estados en los que la representación en las legislaturas locales estaba distorsionada por distritos con demografías distintas, algo que sucede también en las secciones electorales de la provincia de Buenos Aires para elegir diputados y senadores provinciales y se vio recientemente en los comicios en los que se eligieron senadores provinciales en Salta y en Santa Fe en los que departamentos con unos pocos miles de habitantes tienen la misma representación que ciudades como Salta, Rosario, Santa Fe.
Tantas décadas de frustración en el desarrollo económico han postergado estos debates. La prioridad se ha puesto en discutir la inflación, las cuentas externas, el reparto de los recursos. Olvidamos que es esencial para el desarrollo económico instituciones fuertes que son la garantía de los derechos individuales y el respeto a los contratos.
Integrar la Cámara de diputados de acuerdo a lo que establece la Constitución es iniciar el fortalecimiento institucional.
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