El 19 de febrero, la actriz Eugenia “La China” Suárez sorprendió a su novio, Mauro Icardi, con un emotivo mensaje en su cuenta de Instagram por su 32° cumpleaños. En el posteo, la China compartió una recopilación de videos que resumían los momentos más importantes de la carrera del futbolista, desde sus inicios en el Sarratea Fútbol Club hasta su consolidación en el Galatasaray, con escenas de goles y ovaciones del público turco.
A pesar de la intención cariñosa detrás de la publicación, las reacciones en las redes sociales fueron inmediatas, y los usuarios no tardaron en expresarse con comentarios sarcásticos y cuestionadores. Las críticas apuntaron principalmente a la autenticidad de la relación, con varios usuarios señalando que la actriz no parecía tener un conocimiento profundo de la carrera futbolística de Icardi. Algunos comentarios, como “¡Me meo! Un video como si lo conociera de toda la vida jajajaja” o “La imagino buscando en YT: ‘mejores jugadas de Icardi’”, pusieron en duda el vínculo entre ambos, haciendo referencia a la corta duración de su relación.
Otros seguidores, irónicamente, sugirieron que la China Suárez no sabía ni siquiera que Icardi jugaba al fútbol antes de su relación.
En medio de estas críticas, el posteo también incluía detalles de una sorpresa romántica que la actriz había preparado para Icardi en San Valentín, mostrando una habitación decorada con globos y pétalos de rosa. Lo que causó aún más malestar entre los seguidores fue la inclusión de los tres hijos de la actriz (Magnolia, Amancio y Rufina) en las imágenes de la celebración, lo que desató comentarios sobre la exposición familiar en las redes sociales.
Como si esto fuera poco, la China Suárez sorprendió aún más a sus seguidores al publicar un video íntimo donde aparece besando a Icardi en la cama, lo que aumentó las reacciones tanto positivas como negativas. Si bien muchos de sus seguidores más leales manifestaron su apoyo a la pareja, destacando la felicidad de la actriz como algo que les causaba alegría, no faltaron quienes consideraron que la exposición excesiva de su vida privada era innecesaria.
