
Tras el inesperado rebote de los precios de los bonos en dólares argentinos, que entre este lunes y martes borraron casi toda la pérdida que habían acumulado este año, el riesgo país comprimió más de 400 puntos y volvió a abrir la puerta a la posibilidad de que Argentina retorne a los mercados internacionales de deuda, quizás antes de lo que se preveía semanas atrás.
El indicador de la banca JP Morgan pasó de los 1.080 puntos el viernes a los 690 este martes. Con este nivel, la deuda argentina “se normaliza” frente a otras economías comparables del mundo emergente, Angola, Pakistán y Ecuador, aunque con rendimientos todavía superiores.
“Actualmente, la curva ecuatoriana rinde cerca del 10%, el tramo corto de Angola se ubica en torno al 8%, con pendiente positiva, mientras que Pakistán rinde cerca del 7%, con una curva prácticamente flat. Aunque estos niveles parecen alejados de los rendimientos de los bonos globales argentinos —que rondan el 11%—, cabe recordar que hace apenas unos meses Argentina rendía por debajo del riesgo país ecuatoriano y, hacia abril, llegó incluso a superar a Angola y Pakistán”, detallaron en Delphos.
“Esta mala performance relativa, pese a las fuertes subas recientes, mantiene vigente la divergencia frente a nuestros comparables emergentes y nos lleva a creer en la persistencia del rally Argentino, que tiene camino por recorrer para llegar a los niveles de mayor optimismo“, sumaron. De continuar la tendencia positiva que los bonos registraron los dos primeros días después de las elecciones, la expectativa es que el país vuelva a tener rendimientos de un sólo dígito, lo que acercaría la posibilidad de volver a financiarse internacionalmente a un costo más bajo.
En la City calculan que el nivel óptimo del riesgo país para que el equipo liderado por Luis Caputo salga a buscar financiamiento en los mercados privados de deuda oscila entre los 400 y 450 puntos básicos. “Estimamos que aún se mantiene unos 180 puntos básicos por encima de la señal de luz verde para volver a financiarse en los mercados internacionales, en torno a los 450 puntos básicos”, apuntaron en PPI.
La última vez que Argentina emitió un bono en dólares fue en enero de 2018 por unos US$ 9.000 millones. En ese momento, el riesgo país se ubicaba en torno a los 350 puntos básicos. Luego, la crisis cambiaria de 2018 y 2019 puso en jaque esos pagos y la deuda emitida durante la era Macri fue reestructurada por Martín Guzmán a partir de 2020.
Ahora el Gobierno aspira a volver a emitir deuda internacional para, en parte, refinanciar parcialmente esos compromisos de la deuda reestructurada en lugar de usar reservas o generar un ajuste fiscal aún más profundo; y además financiar la inversión infraestructura, energía, transporte y tecnología, necesarias para capitalizar el crecimiento de la economía.
Para Juan José Vázquez, de Cohen, este hito podría conseguirse en los próximos meses. “El principal condicionante era el factor político. Ahora post elecciones la posibilidad de aumentar reservas vía deuda en mercados internacional aumentó mucho“, dijo.
En los últimos meses, la incertidumbre por el futuro político de Argentina y el temor por un nuevo default de deuda soberana hicieron que el mercado de bonos se moviera de manera particular: por un lado, los inversores priorizaron los bonos emitidos bajo ley extranjera y castigaron los que fueron suscriptos bajo ley local. Además, los bonos de más corto plazo fueron los que más castigo recibieron con rendimientos más elevados.
Esa dinámica inusual comenzó a revertirse desde el rally post elecciones y abre una oportunidad para inversores que busquen posicionarse en Argentina. “La posibilidad de recuperar acceso al mercado parece ahora más probable, lo que debería beneficiar al tramo largo de la curva. Esperamos que el resultado electoral aporte para consolidar cambios macroeconómicos y políticos, además de reducir la incertidumbre en torno al apoyo de Estados Unidos”, apuntaron en Balanz.
—



