
Por un pelo Italia ha evitado una recesión formal de su economía, afirma el especialista Federico Fubini en el “Corriere della Sera” de Milán, que publica un artículo coronado por un título inquietante: “¿La Italia en recesión? Menos habitantes, menos industria y más competencia china: ¿Cuándo ha entrado en crisis nuestro modelo de desarrollo?”
Según Fubini, Italia, uno de los diez países con el PIB más grande del mundo, apenas se dio cuenta de lo que sucedía. “Hemos evitado una recesión por 45 millones de euros de un Producto Interno Bruto (PIB) trimestral de 500 mil millones”. En el trimestre anterior también fue necesario “redondear” las cifras para evitar el abismo. Y bastan dos trimestres para que un país entre en recesión oficialmente.
De hecho, es una minirrecesión, lograda con una estabilización en la caída, y la alarma no ha sonado. Los indicadores claves de “Google” señalan que las previsiones apuntan a un crecimiento del Producto Interno Bruto del 0,6% en 2025, que representa “una cifra modesta por debajo del promedio de la eurozona”.
Otro indicador revela que la inflación es moderada: en octubre de este año la tasa anual se situó en 1,2%, por debajo del 1,6% del mes anterior, lo que “indica un control de precios relativo”. Al neto de los bienes energéticos, la inflación ha descendido al 2%.
La primera minista Giorgia Meloni. Foto: Ansa Otro desafío estructural es la tasa de desempleo, que desde 2023 se mantiene por debajo del 8%.
La deuda pública, además, es una de las más altas de la eurozona, con un déficit que supera el 140% del PIB.
En este cuadro, el crecimiento es inevitablemente lento y dificulta la capacidad para reducir la carga de la deuda.
No hay que olvidar que los salarios siguen por debajo de su nivel de hace veinte años, lo que favorece una pobreza estructural.
En su análisis Federico Fubini destaca que los bienes *made in Italy* que son producidos también en China “están rápidamente subiendo” y que se prevé que continuarán así.
El fantasma de China
Fubini señala que los chinos mantienen un alto nivel de búsqueda tecnológica. Actualmente “presentan niveles de patentes internacionales superior a los de todos los europeos juntos”.
El diario en inglés “South China Morning Post” destacó el descubrimiento de un grupo de investigación de la Universidad de Beijing, que podría llevar a producir microchips para la inteligencia artificial mil veces más potentes que aquellos de la norteamericana Nvidia. Los chinos han tomado la delantera en la investigación científico-tecnológica.
Fubini destaca que el último dato de la producción industrial es de 8,4 puntos porcentuales por delante del nivel de 2021. “El crecimiento de las exportaciones está sustancialmente detenido”.
El periodista se pregunta si no es el momento de preguntarse “si Italia no ha entrado en una crisis de modelo: gama de productos e innovaciones, de calidad y de organización del trabajo y de relación entre representantes del trabajo, las empresas y la política”.
Datos que producen escalofríos
Hay datos que producen escalofríos. El Producto Interno Bruto en tres años, que van desde el tercer trimestre de 2022 al tercer trimestre de 2025, ha crecido apenas el 1,44%, o sea menos del 0,5% al año.
La caída de productividad ha sido de tres puntos en tres años, lo que significa que “no se ve el cambio de las reformas, innovaciones y dinamismo, indicadas como objetivos”.
El contraste es inevitable con países beneficiarios con los planes europeos, como España y Grecia, “que están creciendo entre cuatro y seis veces más que nosotros, pese a tener déficit públicos más bajos”.
Menos población
El país está perdiendo desde 2019 “un promedio de 126 mil habitantes al año, lo que significa una caída de 2.300 millones de facturación al año”, concluye Fubini.
El Instituto ISTAT de estadísticas oficiales en un reciente estudio señala una perspectiva de crecimiento del 0,6% para este año y del 0,8% en 2026.
El aumento del PIB sería “sostenido por entero por la demanda interna, mientras que la demanda neta del exterior daría una contribución negativa en los dos años”.
En el plano internacional, el ISTAT señala la incertidumbre que prevalece en la economía debido a las dudas ligadas al comercio mundial. En el 2025, que había mostrado en el primer trimestre una dinámica aún vivaz, según la Comisión Europea se ha ido perfilando una pérdida de impulso general con un crecimiento frenado al 0,9%.
Alemania continúa con un tercer año consecutivo de recesión. Recién se calcula que llegará un cuarto año positivo en el 2026, con un 1,1% de crecimiento, mientras que Francia lograría el 1,3%.
Para el año que viene, los cálculos estiman que continuará el progresivo crecimiento del valor del euro, la moneda europea, frente al dólar.
En Italia hay un progresivo aumento del empeoramiento del sentiment colectivo que deteriora el clima económico. En el año que termina, el PIB registraría un crecimiento del 0,6%, según el Instituto oficial de estadísticas ISTAT, determinado exclusivamente por la demanda interna con un 0,8% y el resultado levemente negativo del -0,2% de la demanda extranjera.
El saldo del balance comercial sería positivo en 2025 en un 2,3% y en 2026 en un 2%.
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