Juan y Gabriel, 22 años de trabajo y respeto en la esquina más emblemática de Córdoba

En el corazón del barrio Pueyrredón, en una esquina por donde miles de vehículos ingresan cada día a la ciudad de Córdoba, los hermanos Juan y Gabriel se han convertido en parte del paisaje urbano. Desde hace 22 años, estos gemelos trabajan como limpiavidrios en la intersección de las calles Armenia y Patria, lugar al que llegaron siendo apenas adolescentes.

Juan y Gabriel, 22 años de trabajo y respeto en la esquina más emblemática de Córdoba • Canal C

“Empezamos cuando teníamos 14, hoy ya tenemos 36”, cuenta Juan con una sonrisa. “La rutina no cambia: de lunes a viernes, desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, con frío, calor o lluvia, estamos acá buscando el pan de cada día”, agrega su hermano Gabriel, quien este día lleva puesta una camiseta de Chacarita, aunque aclara con orgullo que es hincha de Belgrano.

La esquina donde trabajan no es cualquier esquina. Es una de las principales vías de acceso a Córdoba capital desde la ruta 19 y la circunvalación, lo que asegura un flujo constante de autos, colectivos y rostros conocidos. Con el tiempo, los vecinos, choferes y trabajadores que transitan la zona comenzaron a identificarlos, saludarlos y ayudarlos.

“Hay gente que pasa todos los días y ya nos conoce. Algunos incluso nos traen una vianda al mediodía o nos dan una mano de otra forma”, cuenta Gabriel, quien destaca que ese vínculo se sostiene por una premisa sencilla: el respeto. “Cada uno se gana su lugar respetando al otro, y así se puede convivir”. Pero su historia no termina en el trabajo diario. Con lo que gana limpiando vidrios, Gabriel decidió fundar hace dos años una escuelita de fútbol en la zona de La Villa. “No me gusta que los chicos estén en la calle”, dice. “Tengo unos 40 chicos entrenando lunes, miércoles y viernes. Me dedico a eso los fines de semana”.

El vínculo con el fútbol también se da en la misma esquina: muchos jugadores que salen del predio de Belgrano, ubicado a pocas cuadras, han pasado por ahí. Algunos, incluso, se volvieron amigos y los han sorprendido con regalos como guantes de arquero o camisetas. “Nahuel Losada, por ejemplo, me regaló unos guantes. Con esos gané un torneo”, cuenta Gabriel con orgullo.

La historia de Juan y Gabriel es la de dos trabajadores incansables que, desde la humildad, construyeron un ejemplo de esfuerzo, constancia y compromiso con su comunidad. Una historia que, como tantas otras, transcurre cada día en las esquinas anónimas de una ciudad que pocas veces se detiene a mirar.


fuente: CANALC

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