
En pleno año 2025, la escena del sector de la construcción en España revela una paradoja desalentadora: mientras las empresas reclaman mano de obra, algunos trabajadores con décadas de experiencia se topan con exigencias tan inesperadas como aprender otro idioma para seguir en activo.
Este es el caso de José María, un albañil de 63 años con más de medio siglo de oficio a sus espaldas, que relata en primera persona la desconexión entre lo que se necesita y lo que se exige.
José María lleva trabajando en la construcción desde los 14 años. Su testimonio, recogido por el diario El Español, expone un episodio concreto: se presentó a una oferta de empleo publicada por un ayuntamiento y, semanas más tarde, le comunicaron que la empresa buscaba a alguien que supiera inglés. “No sabía que tenía que hablar inglés con los ladrillos”, ironiza, señalando lo absurdo que le resultó ese requisito ante la evidente falta de trabajadores.
Según explica, ese tipo de exigencia parece fuera de contexto cuando, al mismo tiempo, las grandes constructoras admiten que tienen graves dificultades para cubrir vacantes en el oficio.
Una generación que no encuentra relevo
El problema, añade José María, radica tanto en la falta de recambio generacional como en las condiciones que ofrece el sector para quienes se incorporan. En su obra actual en Madrid, él dice: “En mi obra sólo hay un chaval de 28 años, el resto tiene más de 50”.
Los jóvenes “preguntan primero por cuánto van a cobrar. ¿1.200? Para eso no trabajo”, explica. Y esa actitud responde, en su opinión, a que los salarios no se han ajustado a la inflación, lo cual resta atractivo al oficio manual.
El resultado: la mayoría de los trabajadores de la construcción tienen edades avanzadas, lo que plantea un serio riesgo estructural para el sector. Según datos compartidos en la información, sólo el 10 % de la mano de obra en el ámbito de la construcción tiene menos de 30 años.
Sólo el 10 % de la mano de obra en el ámbito de la construcción tiene menos de 30 años.
Salarios estancados ante el aumento del costo de vida
A lo largo de sus años de trabajo, José María relata cómo su salario se ha estancado: “Sólo me han subido el sueldo 100 euros en 20 años”, afirma, indignado por lo que considera una falta de reconocimiento ante la subida del costo de vida.
Además, recuerda los tiempos en que con 400 pesetas se podía “comprar muchas cosas” y contrasta esa realidad con el poder adquisitivo actual. Esa percepción personal coincide con los indicadores de que muchos oficios manuales pierden atractivo entre quienes podrían optar a ellos.
¿Por qué se piden idiomas en una obra?
La exigencia de inglés puede parecer desconectada de primera vista del trabajo de albañil, pero forma parte de una tendencia más amplia: las empresas constructoras buscan perfiles que, además de las habilidades técnicas, puedan adaptarse a entornos más globalizados, contrato con empresas internacionales, manejo de herramientas digitales o comunicación con clientelas extranjeras.
Sin embargo, el planteamiento revela la tensión entre la realidad y la demanda: cuando falta la mano de obra básica, ¿es sensato elevar los requisitos al nivel de idiomas o formación especializada?
José María, con tono irónico, repite esa contradicción: “No sabía que tenía que hablar inglés con los ladrillos”. Su frase resume bien la sensación de muchos trabajadores veteranos que se sienten fuera de una lógica en la que los requisitos parecen apartarlos en lugar de integrarlos.
Si los jóvenes no perciben que la construcción ofrece una carrera estable, con salario digno y posibilidades de futuro, cada vez serán menos quienes opten por ella.
Un sector que necesita adaptarse
Para revitalizar el sector de la construcción, hay varios desafíos que se desprenden de este testimonio:
- Revalorizar los oficios manuales: si los jóvenes no perciben que la construcción ofrece una carrera estable, con salario digno y posibilidades de futuro, cada vez serán menos quienes opten por ella.
- Adaptar las exigencias al contexto real del trabajo: puede tener sentido pedir formación adicional o idiomas, pero si el core del trabajo es levantar muros y colocar ladrillos, los requisitos deben ser realistas y accesibles.
- Planificar el relevo generacional: con una plantilla cada vez más envejecida, urge fomentar el ingreso de nuevos trabajadores y asegurar la transferencia de conocimiento.
- Ajustar salarios y condiciones al alza de los costes de vida: la queja de que subir sólo 100 euros en 20 años no es suficiente pone en evidencia que el oficio pierde competitividad frente a otras opciones.
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