
Jorge Silva no es solo un referente de la industria tecnológica argentina: es un empresario innovador que desafió los moldes tradicionales de gestión para construir un modelo pionero de autogestión en el sector del software. Afroargentino, hijo de Jorge Antonio Silva —veterano en la Guerra de Malvinas—, su historia personal está atravesada por la búsqueda de justicia frente a las desigualdades raciales y sociales. Ingeniero en Sistemas egresado de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), docente en universidades públicas y privadas, y con un MBA en la Universidad Torcuato Di Tella, hoy lidera 10Pines, una de las empresas de desarrollo de software más reconocidas por su cultura organizacional horizontal y colaborativa. Su recorrido vital enlaza tecnología, innovación y una reflexión sobre lo que significa ser afrodescendiente en la Argentina, mostrando que otra forma de hacer empresa es posible.
¿Cómo nació tu interés por crear un modelo autogestionado como 10Pines?
Con todo lo que fui explorando desde la Universidad y en las empresas en las que trabajé, vi que había una correlación directa entre el involucramiento de las personas y la calidad técnica del producto. Cuando las personas estaban menos comprometidas, la rotación era mayor y eso afectaba la calidad. Empecé a pensar, junto con mis socios, en generar un espacio donde las personas participen realmente en la toma de decisiones de manera transparente y justa, y que ese compromiso genere mejor calidad técnica. Cuando las personas participan en las decisiones, la calidad técnica mejora. Todo parte de un modelo iterativo incremental, como metodología ágil: probar, reflexionar y aprender en el camino.
Somos casi 100 personas. Empezamos en un bar cuatro personas y ahora, 16 años después, estamos en un piso en Microcentro y facturamos 5 millones de dólares, con un 70% de facturación en clientes de Estados Unidos y Europa. La rotación es de un 5%, seis o siete veces menor que el promedio de la industria tecnológica en Argentina.
¿Cuál es la diferencia entre 10Pines y una cooperativa?
Los valores pueden ser similares, pero una cooperativa puede ser jerárquica. Nosotros tenemos una estructura mucho más plana: no hay gerentes ni CEO. Buscamos que el trabajo sea justo y que todos participen, llegando a una visión compartida de justicia. Legalmente decidimos hacer una SRL, pero el foco está en cómo gestionamos, no en la figura legal.
¿Cómo influye tu experiencia personal como hombre afroargentino en tu visión empresarial?
Creo que tiene que ver con la búsqueda de justicia. Viví situaciones injustas que me marcaron, desde discriminaciones cotidianas hasta oportunidades perdidas por sesgos ajenos. Esa necesidad de justicia se refleja en cómo construimos 10Pines: buscamos que el esfuerzo de cada persona se traduzca en lo que le corresponde.
La inteligencia artificial está transformando el mundo laboral. ¿Cómo impacta en la autogestión? ¿Y a nivel social?
Puede resaltar la parte humana y eliminar lo repetitivo, democratizando la información y facilitando la participación de todas las voces. También permite medir y visibilizar dinámicas internas, como quién habla más en las reuniones, para gestionar mejor. Pero es una herramienta: depende de cómo la usemos.
La IA democratiza el acceso al conocimiento y abre oportunidades. Alguien con pocos recursos puede acceder a herramientas que antes eran inaccesibles, aunque para aprovecharlas se requiere educación y capacitación. También puede facilitar la comunicación intercultural y la distribución más justa de tareas y oportunidades. A largo plazo, abre debates sobre salario universal, jornadas más cortas y redistribución de riqueza.
¿Qué rol tiene la inversión pública en ciencia y tecnología?
Es fundamental. Argentina tiene una ventaja competitiva en educación y calidad docente, lo que se traduce en talento tecnológico sólido. Si además hubiera una política clara de inversión en ciencia, tecnología e innovación, sería un motor enorme para la industria y para el país. Hoy la industria tecnológica funciona casi “por sí sola”, pero con más apoyo podría crecer muchísimo.
Proyectos futuros de 10Pines y expansión del modelo autogestionado.
Estamos impulsando la iniciativa Gemba Expedition. Queremos difundir que hay múltiples empresas autogestionadas de distintos tamaños y sectores. Empezamos con viajes a España, visitando 15-20 organizaciones en 7 días, y planeamos expandirnos a Latinoamérica, incluyendo Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Queremos mostrar que el modelo no depende del país, sino de cómo se quieren hacer negocios más colaborativos, transparentes y justos.
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