
El presidente de la Sociedad Argentina de Inteligencia Artificial, Alexander Ditzend, propuso en la Labitconf 2025 una mirada estratégica sobre cómo el país puede aprovechar su talento tecnológico, sus condiciones naturales y su ecosistema Web3 para posicionarse en el mapa global de la inteligencia artificial.
Durante su presentación en el evento cripto, Ditzend sostuvo que el proyecto Stargate Argentina —un data center de gran escala en la Patagonia que consumirá unos 500 megavatios de energía— podría marcar el inicio de una nueva etapa para el país si se acompaña con políticas inteligentes y una visión a largo plazo.
“Tenemos que entender qué significa ser realmente un hub de inteligencia artificial y qué implica ser relevantes a nivel geopolítico”, señaló. “Hay tres factores clave: el talento, el capital y la infraestructura. El talento puede viajar o teletrabajar; el capital se mueve donde le conviene; pero la infraestructura, los megavatios de energía, no se pueden mover. Ahí está nuestra ventaja estratégica”.
Para ejemplificar el peso de esta oportunidad, explicó que un solo centro de datos puede consumir la energía de entre diez y quince ciudades medianas argentinas. El mayor del mundo, propiedad de Elon Musk en Memphis, alberga 200.000 placas GPU, cada una con el consumo equivalente al de una hornalla doméstica. “No es casualidad que OpenAI mire a la Argentina”, sostuvo. “Operar un data center de forma eficiente requiere aire seco, y eso es justamente lo que tienen Neuquén y Río Negro”.
Además de sus ventajas climáticas, Ditzend subrayó que el país aún no definió un marco regulatorio estricto en materia de inteligencia artificial, lo que abre una ventana para hacerlo de manera moderna y flexible. “Estamos a tiempo de generar un esquema regulatorio inteligente que proteja a los usuarios, al ambiente y a las comunidades, pero que también favorezca la innovación. Europa se fue de manos con su regulación y, al hacerlo, castigó la innovación. Nosotros podemos aprender de eso”, dijo.
Según Ditzend, la Argentina puede aprovechar su doble condición de país con talento técnico en crecimiento y ecosistema Web3 consolidado. “Somos una de las capitales mundiales de Web3 por la cantidad y la calidad de empresas y desarrolladores. Pero debemos cambiar el mindset: no se trata solo de criptomonedas o smart contracts, sino de generar herramientas y componentes para la inteligencia artificial”, sostuvo.
El experto propuso una integración práctica entre ambos mundos: usar las tecnologías descentralizadas de Web3 para auditar el funcionamiento de los modelos de inteligencia artificial. “Podríamos obligar por diseño a que las IA guarden cada operación o razonamiento intermedio en una blockchain. Si no lo hacen, se bloquean automáticamente: se les corta el acceso al cómputo o a la energía. No sería en Bitcoin, sino en redes nuevas, rápidas y baratas, creadas para registrar enormes cantidades de operaciones”.
Para Ditzend, esa combinación podría convertir a la Argentina en un referente mundial en seguridad y transparencia de la inteligencia artificial. “Ningún otro país está pensando en esto. Ellos compiten por llegar primero, pero nadie piensa en la seguridad futura de la humanidad. Nosotros no estamos en esa carrera: podemos mostrarle al mundo cómo salvarnos de la inteligencia artificial, y hacerlo desde Argentina”.
Los agentes virtuales
El presidente de la Sociedad Argentina de Inteligencia Artificial también destacó el potencial de la Web3 para el desarrollo de agentes virtuales autónomos capaces de operar en la economía real. “Hoy un agente puede buscar vuelos o reservar hoteles, pero al momento de pagar se traba. Visa está empezando a permitir que las IA usen credenciales de pago, pero esto recién comienza”, explicó.
En ese contexto, imaginó un futuro en el que los agentes virtuales interpreten smart contracts y realicen automáticamente pagos o cobros sin intervención humana. “El mundo va a demandar esos vínculos, pero todavía no existen las herramientas para crearlos. La inteligencia está; lo que falta es a qué conectarla. Y nosotros, como polo mundial de Web3, podemos desarrollar esas tecnologías y probarlas acá”.
El especialista proyectó que si Argentina logra consolidar un entorno de innovación y regulación favorable, podría liderar un nuevo sector de exportación tecnológica en los próximos cinco o diez años. “Cuando saquemos ventaja, no solo vamos a mostrar cómo se hace, sino también vamos a venderlo. Tenemos la cultura de ir hacia adelante y gobiernos que están empezando a apoyar. Ese es el camino para construir el historial que después pedirán otros países”, afirmó.
Finalmente, Ditzend advirtió sobre la necesidad de ampliar la mirada del ecosistema local: “No quiero que Argentina quede reducida a vender un par de terrenos en la Patagonia. Me niego a que seamos solo eso. Podemos ser protagonistas”.
“Tenemos que dejar de pensar únicamente en criptomonedas o smart contracts. Esto es mucho más grande, y creo que es la clave de nuestro futuro”, concluyó.
—
fuente: Inteligencia artificial y Web3: la carta que la Argentina puede jugar en la nueva era tecnológica”> GOOGLE NEWS



