Inteligencia Artificial y Protección de Datos Personales: una relación inevitable que exige …

La inteligencia artificial (IA) ya no es un concepto futurista: es una realidad presente en nuestras vidas cotidianas, tanto personales como profesionales. Desde las recomendaciones en plataformas de streaming hasta los sistemas automatizados de reclutamiento, desde los asistentes virtuales hasta los diagnósticos médicos asistidos por algoritmos, la IA atraviesa múltiples industrias y redefine los modelos de negocio. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos, identificar patrones y ofrecer soluciones en tiempo real ha revolucionado la eficiencia operativa de empresas en todo el mundo. 

Sin embargo, este crecimiento acelerado trae consigo una preocupación legítima: ¿cómo se protegen los datos personales utilizados por estos sistemas? ¿Están las organizaciones preparadas para cumplir con las normativas de protección de datos en un contexto donde los límites entre datos personales, automatización y decisiones algorítmicas son cada vez más difusos? 

La IA sabe mucho más de lo que pensás 

Imaginemos que realizas una búsqueda de un hotel para tus próximas vacaciones. Al ingresar a la web, seleccionas el destino, las fechas y el tipo de habitación. Quizás hasta dejas tu nombre, tu mail y tu nacionalidad. Todo eso queda registrado. 

Ahora, detrás de esa pantalla, puede haber un sistema de inteligencia artificial que analiza tu perfil y decide qué ofertas mostrarte y hasta cuánto cobrarte. Y no lo realiza con una persona sola: lo hace con miles de personas al mismo tiempo. Eso puede sonar eficiente hasta que nos preguntamos: ¿es justo? ¿es transparente? ¿Quién controla que no se use esa información de forma abusiva? La IA funciona a partir de datos. Y cuando esos datos son personales -como su identidad, su ubicación, sus gustos, su historial médico o sus hábitos de consumo- estamos frente a algo muy delicado. 

¿Privacidad en riesgo? 

Muchas personas no saben que tienen derechos sobre su información personal. Derechos como: 

● Saber qué datos tienen las empresas sobre nosotros.

● Pedir que los borren si ya no los necesitan. 

● Que no se tomen decisiones automatizadas sin una previa explicación. 

● Que sus datos no se usen para fines distintos a los autorizados. 

El problema es que muchas empresas todavía no están preparadas para manejar bien esos derechos, especialmente cuando incorporan inteligencia artificial en sus procesos. 

En la Unión Europea, y países como Argentina, México, Chile o Brasil, existen leyes que exigen proteger los datos personales. Pero incluso con leyes, todavía hay mucho por hacer. Y en algunas ocasiones, la tecnología avanza más rápido que las normas. 

¿Es posible una IA que respete la privacidad? 

Sí, es posible pero requiere compromiso. Las empresas tienen que pensar la privacidad desde el comienzo, no como un parche al final. Esto significa, por ejemplo: 

● Usar solo los datos necesarios. 

● Avisar claramente qué van a hacer con la información. 

● Obtener el consentimiento de las personas cuando corresponda. 

● No usar los datos para fines ocultos o engañosos. 

● Revisar si sus algoritmos discriminan o generan resultados injustos. 

Parece mucho, pero no lo es cuando se tiene una buena estrategia. Y sobre todo, cuando se pone a las personas en el centro. 

Inteligencia artificial responsable: de la teoría a la práctica 

En este contexto, el concepto de “IA responsable” gana cada vez más relevancia. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de actuar con ética, previsión y transparencia. Las organizaciones que adopten un enfoque preventivo e integren la privacidad desde el diseño estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos regulatorios y, sobre todo, para generar confianza con sus usuarios, empleados y socios comerciales. 

La experiencia de Haene Consulting: cómo acompañamos a las empresas en este camino 

Desde Haene Consulting, una firma especializada en protección de datos personales y compliance, acompañamos a empresas multinacionales de diversos sectores —hospitality, SaaS, desarrollo de software, staffing, entre otros— en el diseño e implementación de programas de cumplimiento que integren los desafíos que plantea la inteligencia artificial.

Nuestra experiencia nos ha mostrado que muchas organizaciones se enfrentan a los siguientes dilemas: 

¿Podemos usar los comentarios que dejó un huésped en una encuesta para publicarlos en redes sociales? 

¿Está bien pedirle el número de pasaporte a un cliente para hacer una reserva, aunque no viajé al exterior? 

¿Podemos grabar las llamadas del área de ventas para entrenar a una inteligencia artificial sin avisarle a los clientes? 

¿Qué pasa si mandamos por error un mail con la lista de precios y datos personales a otro cliente? 

Estas y muchas otras preguntas surgen en el día a día de nuestros clientes. Nuestra labor consiste en identificar los riesgos específicos de cada proyecto, proponer soluciones adaptadas al marco normativo vigente en los países donde operan, y fomentar una cultura organizacional basada en la responsabilidad, la ética y el cumplimiento. 

Además, ayudamos a nuestros clientes a desarrollar políticas internas, cláusulas contractuales para proveedores tecnológicos, entrenamientos para equipos técnicos y de negocio, y estrategias de comunicación externa que refuercen el compromiso con la privacidad. 

Una oportunidad para diferenciarse 

El debate sobre inteligencia artificial y privacidad no debe vivirse con temor, sino como una oportunidad. En un mundo cada vez más digital, las empresas que logren combinar innovación tecnológica con responsabilidad social tendrán una ventaja competitiva real. La confianza es el nuevo activo más valioso, y se construye con acciones concretas. 

Desde Haene Consulting, creemos que el cumplimiento normativo no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para generar valor sostenible. La inteligencia artificial puede -y debe- desarrollarse con respeto por los derechos fundamentales. Y ese equilibrio es posible si se cuenta con una estrategia clara, un enfoque multidisciplinario y un compromiso genuino con la ética.

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Maria Delfina Haene

abogada, Máster en Administración y Dirección de Empresa, Experta en Protección de Datos Personales, Fundadora & Managing Partner en Haene Consulting.

fuente: Inteligencia Artificial y Protección de Datos Personales: una relación inevitable que exige …”> GOOGLE NEWS

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