
River recién dimensionará el nivel de dificultad de jugar en el campo de césped artificial del Allianz Parque cuando dé sus primeros pases frente a Palmeiras. En ese momento podrá corroborar si el estar habituado al híbrido del Monumental (95% natural/5% sintético) lo aventaja en relación a rivales desacostumbrados, o bien, si efectivamente la experiencia paulista es tan única como compleja.
“Jugar en el Allianz es imposible para mí. Hacerlo en un sintético es algo que molesta a cualquier futbolista”, se quejó Neymar hace unas semanas, adhiriéndose a la campaña que los futbolistas del Brasileirao iniciaron contra el campo artificial (entre ellos, Memphis Depay y Enner Valencia). El propio Giuliano Galoppo, cuando todavía jugaba en San Pablo, le reconoció a Olé en 2023 que el pasto del futurista estadio de Rio Branco “parece de esos que hay cuando vas al fútbol cinco”.
Importado de Países Bajos y conformado por tres diferentes tipos de hilo de césped artificial cortados a 50 milímetros de altura, el pasto de Palmeiras es, en esencia, diferente al del Liberti. Aunque las características del Monumental podrían al menos favorecer a la aclimatación: la dureza del campo de Núñez es un tanto mayor a la de los terrenos naturales, y tanto por eso como por la mezcla de fibras la pelota corre mucho más rápido que en el resto de las canchas.
Las experiencias del River de Gallardo sobre césped sintético
“Es distinta pero ya jugamos en ese campo. Sabemos a lo que nos vamos a enfrentar. Los que jugaron en ese momento entienden que es un campo rápido, en el cual no estamos habituados a jugar, pero no va a interferir en nuestra preparación”, dijo Gallardo para atenuar temores. El Muñeco sabe, por lo pronto, cómo es jugar en campos así, y no solo ante Palmeiras: hasta aquí lo hizo en cuatro oportunidades. Su primera experiencia fue en el Elías Guerrero de Perú ante Juan Aurich. Y le costó: aunque comenzó ganando con gol de Balanta por la Copa 2015, Hernán Rengifo lo igualó.
Gallardo le restó relevancia al campo de juego (REUTERS/Agustin Marcarian).
La derrota (0-1) por la ida de la Recopa en 2019 frente a Paranaense en el Arena da Baixada también ayudó a MG a entender lo difícil que es jugar de tú a tú en una cancha así. Ahí mismo pudo empatar (1-1, gol de Paulo Díaz) un año más tarde, ya por la CL.
A favor de MG y de River: el partido al que Gallardo se refirió. Ese 2-0 que bordeó la épica es la única victoria que figura en los registros. Pero, lo dicho: esta vez será distinto. Tal vez, incluso, desde lo climático: hay posibilidades de que este miércoles llueva en SP. Pero será distinto principalmente porque River tiene ya un nivel de conocimiento. Y porque Galoppo (como adversario) y Miguel Borja (como jugador del Verdao) ya vivieron la experiencia y pueden compartirla. No podrán, por lo pronto, repetir una decisión ingeniosa del Beto Alonso: el Giant’s Stadium de Nueva York fue testigo de algo inédito en el invierno argentino de 1980, cuando el #10 de River salió a jugar un amistoso ante el Cosmos con unas zapatillas Flecha. En botines, esta vez, deberá ir por la historia…
SAN PABLO (ENVIADO ESPECIAL).
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fuente: Inteligencia artificial, el otro desafío de River ante Palmeiras en la Copa – Olé”> GOOGLE NEWS