
En agosto, el uso de capacidad instalada de la industria manufacturera argentina se ubicó en 59,4%, acumulando nueve meses consecutivos por debajo del 60%, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Pese a un leve incremento del 0,6% respecto a julio, la comparación interanual registró una caída del 4,4%, en un contexto marcado por altas tasas de interés, tensiones políticas e incertidumbre económica.

El sector metalmecánico fue el más afectado, con retrocesos en la fabricación de maquinaria agrícola, electrodomésticos y productos de metal, mientras que la industria automotriz mostró una caída significativa por la menor producción de las terminales. También disminuyó la producción de caucho y plásticos, afectada por la baja en la fabricación de neumáticos y manufacturas plásticas.
En contraste, los bloques que superaron el promedio general fueron refinación del petróleo (86,1%), industrias metálicas básicas (70,4%), productos alimenticios y bebidas (66,6%), papel y cartón (61,4%) y sustancias y productos químicos (60,1%), evidenciando que algunos sectores mantienen actividad sólida. Por otro lado, los más rezagados incluyeron productos textiles (41,5%), metalurgia y maquinaria excepto automotores (44,4%), productos de caucho y plástico (42,1%), productos del tabaco (46,9%), edición e impresión (50,9%), industria automotriz (53,3%) y productos minerales no metálicos (58,5%).

El INDEC advirtió que, pese a la leve mejora mensual, la industria enfrenta una capacidad ociosa estructural, especialmente en sectores clave como metalmecánica y automotriz, afectando rentabilidad, inversión y empleo. Analistas señalan que, sin un marco de estabilidad macroeconómica y políticas de estímulo industrial, la producción y competitividad del sector seguirán limitadas en el mediano plazo.