
Un episodio tan insólito como triste tuvo lugar este miércoles en un reconocido centro de estética canina de la zona sur de Rosario. El dueño del local, Alejandro Mancinelli, quien cuenta con tres décadas de trayectoria en el rubro, recibió a una clienta que tenía un turno programado para el baño de su perra, llamada India. Tras completar el pago del servicio por adelantado, la mujer se retiró del establecimiento, dejando al animal en manos de los profesionales sin dar indicios de lo que planeaba hacer.
La sorpresa llegó horas más tarde cuando desde el comercio intentaron comunicarse con la mujer para avisarle que el trabajo estaba terminado. En lugar de coordinar el retiro, recibieron un mensaje de texto que los dejó atónitos: la dueña explicaba que no regresaría por India porque ya no podía tenerla en su hogar. Inmediatamente, el personal del local intentó llamarla para obtener explicaciones, pero no obtuvieron respuesta alguna, confirmando que la perra había sido abandonada.
Una situación crítica y el pedido de ayuda en redes sociales
El comerciante relató a los medios locales que notó algo extraño en la actitud de la mujer al momento de la entrega: “Estaba rara, no soltaba la correa. Pensé que era miedo porque era la primera vez que venía, pero era algo más grave”, explicó Mancinelli. El responsable del pet shop “Il Cane” manifestó su angustia, ya que actualmente cuida de catorce perros y el local presenta problemas de infraestructura tras la caída de una pared, lo que dificulta enormemente la posibilidad de albergar a India de forma permanente.

India es una perra de un año y medio, cruza con pitbull, que según describieron es sumamente dócil y se encuentra con su plan de vacunación y castración al día. Ante la urgencia de encontrarle un espacio seguro, el local utilizó su cuenta de Instagram para difundir la historia entre sus más de 16 mil seguidores. La solidaridad rosarina no tardó en aparecer y, según las últimas informaciones, surgió un adoptante temporal que está evaluando la convivencia de la perra con sus propios gatos.
A pesar de la difícil situación económica que atraviesa el sector, con aumentos en alquileres e insumos, el peluquero canino decidió no juzgar con dureza el accionar de la mujer, aunque lamentó la falta de honestidad. “Hoy todo te desborda, pero me tendría que haber pedido ayuda para ubicarla de entrada”, reflexionó Alejandro, quien se vio obligado a asumir una responsabilidad que no le correspondía en medio de sus propias complicaciones diarias para sostener el negocio.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la problemática del abandono de animales en la ciudad y la presión que sufren los refugios y comercios del rubro. Mientras se define el futuro de India, la comunidad de zona sur permanece atenta al desenlace de esta historia, esperando que la perrita logre encontrar finalmente un hogar donde sea recibida con el compromiso y el amor que merece.
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