
Una nueva provocación reaviva el dolor en Córdoba. El menor de 16 años conocido como “El Orejudo”, acusado por el crimen de Sebastián Villarreal, fue noticia nuevamente tras difundir en sus redes sociales una imagen en la que aparece posando con un chaleco antibala de la Policía de Córdoba y cuatro armas de fuego.
El hecho generó una ola de indignación, especialmente en la familia de Sebastián, asesinado durante un asalto el 29 de febrero de 2024 en barrio Yofre Norte. La víctima, un joven trabajador, fue atacado por una banda de motochorros, uno de los cuales tenía apenas 14 años al momento del crimen y fue declarado inimputable.
“Es un horror lo que estamos viviendo. Siempre aparece una foto así cerca de cada aniversario del asesinato de mi hermano”, expresó Jimena Villarreal, hermana de la víctima, en diálogo con Cadena 3. La familia insiste en que se sienten abandonados por las autoridades y denuncian falta de acción ante la creciente violencia juvenil en Córdoba.
Desde su liberación, el adolescente acumula múltiples denuncias por robos, asaltos y amenazas, lo que ha llevado a la familia Villarreal a exigir una revisión urgente de las consignas de seguridad y de las decisiones adoptadas por los organismos responsables. “Nos sentimos burlados por la Senaf, el Ministerio de Seguridad y el Ministerio de Desarrollo. Nos mintieron una y otra vez”, reclamó Jimena con firmeza.
Además, la hermana de Sebastián alertó sobre un trasfondo más profundo: “Hay un negocio detrás de la delincuencia juvenil. No hay voluntad de prevenir el delito, sino de sostener un sistema que no funciona”, denunció. En ese sentido, exigió la remoción de funcionarios y responsabilizó al gobernador Martín Llaryora por la falta de control: “¿Cuántos cordobeses muertos más necesita el gobernador?”, cuestionó con crudeza.
Conmovida, Jimena cerró su testimonio con un llamado a la empatía: “Nuestros hijos sufren todos los días y luchan por mantenerse de pie. Cada mes hay una noticia como esta. ¿Cómo creen que se sienten? Estamos destrozados”.