
La dinámica de la harina de soja argentina vuelve a quedar en el centro del análisis en la campaña actual. La producción de harina está intrínsecamente ligada a la del aceite, ya que ambos se obtienen de manera simultánea en el proceso de crushing. Por eso, el fuerte desempeño del aceite de soja —que entre enero y noviembre de 2025 registró el segundo mayor volumen de exportación del siglo— tiene un impacto directo sobre la disponibilidad y el comportamiento del mercado de harina.
Según datos del INDEC, entre abril y octubre Argentina exportó 18,3 millones de toneladas de harina de soja. Si bien este volumen representa una caída interanual del 10,3% para ese período, se ubica un 10,5% por encima del promedio de los últimos cinco años, lo que confirma que, en términos históricos, el flujo exportador sigue siendo elevado.
Sin embargo, el desempeño en valores muestra una realidad mucho más adversa. Entre abril y octubre de la campaña 2024/25, las exportaciones de harina de soja acumularon US$ 5.404 millones, un 23% menos que en la campaña anterior. De hecho, se trata del tercer valor más bajo de la última década. El dato clave está en los precios: el valor FOB promedio fue de US$ 296 por tonelada, el más bajo desde la campaña 2006/07, con niveles similares a los de 2018/19. La tendencia descendente fue sostenida a lo largo del año, desde los US$ 312 por tonelada en abril hasta los US$ 281 en octubre, una dinámica que la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) viene siguiendo de cerca.
Girasol: récord histórico en harina y pellets
En contraste con la soja, el complejo girasol atraviesa un año excepcional. Argentina alcanzó entre enero y octubre un récord de exportación de harina y pellets de girasol de 1,26 millones de toneladas, la cifra más alta del siglo. El volumen supera en un 28,6% al registrado en igual período de la campaña anterior y consolida un gran desempeño que se extiende también al aceite de girasol, con el segundo mayor volumen exportado del siglo.
En términos de valores, las exportaciones de harina de girasol sumaron US$ 220,2 millones, un 4,2% más que el año pasado y casi un 18% por encima del promedio de los últimos cinco años. No obstante, el motor del crecimiento volvió a ser el volumen y no los precios. El valor FOB promedio se ubicó en US$ 170 por tonelada, lejos del máximo alcanzado en 2020/21, cuando llegó a US$ 258. Desde entonces, las cotizaciones han mostrado una tendencia descendente, compensada en esta campaña por el fuerte incremento en los embarques.
Biocombustibles y sobreoferta: la clave de los precios bajos
La BCR identifica un factor estructural detrás de los bajos precios internacionales de las harinas vegetales. En los últimos años, países con grandes excedentes de soja, como Brasil y Estados Unidos, avanzaron en políticas más exigentes de promoción de biocombustibles. Estas normativas incrementan la demanda de soja para la producción de biodiesel, impulsando el procesamiento interno para obtener aceite.
El efecto colateral es inevitable: el crushing genera, en mayor proporción, harina. Así, el aumento de la producción de biodiesel termina volcando grandes volúmenes de harina a los mercados internacionales, presionando la oferta global y empujando los precios FOB a la baja.
Los datos del USDA confirman esta tendencia. Hasta la campaña 2023/24, las exportaciones mundiales de harina de soja crecían a un ritmo promedio anual del 1,5% entre los cinco principales exportadores. Pero en la campaña 2024/25 se produjo un salto abrupto: las ventas globales alcanzaron 73,4 millones de toneladas, un 12,3% más que el ciclo previo y un 18,4% por encima del promedio de los últimos cinco años.
En este contexto, la relación entre los precios del aceite y la harina de soja muestra una correlación negativa cada vez más marcada en Argentina. Mientras el aceite encuentra sostén en la demanda energética, la harina enfrenta un mercado saturado. No casualmente, los precios relativos de exportación de la harina frente al aceite tocaron mínimos históricos en julio y agosto, reflejando un cambio estructural que redefine el equilibrio del complejo oleaginoso argentino.
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