
El anuncio más esperado por millones de católicos en todo el planeta finalmente se produjo este jueves al mediodía, cuando desde la Capilla Sixtina emergió el característico humo blanco que señala la elección del nuevo líder de la Iglesia. La señal provocó una inmediata explosión de emoción entre los fieles que se congregaban desde temprano frente al Vaticano.
La definición llegó en la cuarta ronda de votación del cónclave, que comenzó apenas un día antes con la participación de 133 cardenales de 70 países. La celeridad con la que se logró el acuerdo refleja un consenso fuerte en torno a la figura elegida, aunque aún no se ha revelado oficialmente su identidad.
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