
Una fuerte explosión en una planta de acero en el estado de Pensilvania, en el noreste de Estados Unidos, provocó la muerte de dos trabajadores y dejó un salgo de diez heridos. En la planta, de la empresa siderúrgica US Steel Clairton Coke Works, trabajan alrededor de 1.300 personas todos los días.
La explosión, que produjo una importante columna de humo negro, ocurrió cerca de las 11 de la mañana local del lunes en las “baterías de hornos de (carbón) de coque” , informó la empresa en un comunicado. La noticia de la muerte de dos trabajadores la dio a conocer la misma compañía, en conjunto con la policía del condado de Allegheny.
Además, diez personas fueron trasladadas a hospitales, entre las que había una que un rato antes había sido reportada como desaparecida, según las autoridades. La planta, que está ubicada a unos 25 kilómetros de la ciudad de Pittsburgh, quedó gravemente dañada, aunque siguió funcionando sin dos de sus baterías.
“Nuestra máxima prioridad es la seguridad y el bienestar de nuestros empleados y el medio ambiente. Estamos colaborando estrechamente con las autoridades pertinentes para investigar la causa del incidente”, agregó el escrito de la siderúrgica.
La explosión, seguida de varias detonaciones más pequeñas, se sintió en la comunidad cercana e hizo que las autoridades del condado advirtieran a los residentes que se mantuvieran alejados del lugar para que los trabajadores de emergencia pudieran responder.
Según informó la empresa, dichos equipos de emergencia acudieron de inmediato al lugar. Algunos medios estadounidenses informaron que había personas atrapadas bajo los escombros de la explosión.
“En momentos como este, los empleados de US Steel se unen para expresar su cariño, oraciones y apoyo a todos los afectados”, declaró en un comunicado David Burritt, director ejecutivo de la compañía.

En tanto, Zachary Buday, un trabajador de la construcción que cumplía funciones cerca del lugar, dijo en diálogo con WTAE-TV que la explosión se sintió como un trueno. “Sacudió el andamio, me sacudió el pecho y sacudió el edificio, y luego, cuando vimos el humo negro saliendo de la acería, atamos cabos y fue como que algo malo había pasado”, relató.
En una conferencia de prensa, Scott Buckiso, director de fabricación de US Steel, dijo que la empresa aún estaba tratando de determinar lo ocurrido y destacó a los empleados que “hicieron un gran trabajo” al entrar y rescatar a los trabajadores, cerrar los gases y asegurarse de que el sitio fuera estable.
Buckiso dijo que la empresa, ahora una subsidiaria de Nippon Steel Corp., con sede en Japón, está colaborando con las autoridades. El CEO Burritt, en tanto, aseguró que la empresa investigará a fondo la causa.
El centro médico Allegheny Health Network dijo que atendió a siete pacientes de la planta y dio de alta a cinco en pocas horas. El Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh informó que está atendiendo a tres pacientes en UPMC Mercy, el único centro de trauma y quemados de nivel uno de la región.
La planta, una instalación industrial masiva a orillas del río Monongahela, al sur de Pittsburgh, se considera la mayor operación de coque en Norteamérica y es una de las cuatro principales plantas de US Steel en Pensilvania.

Allí, se convierte el carbón en coque, un combustible sólido y poroso que se obtiene de la calcinación de ciertos tipos de carbón mineral y es un componente clave en el proceso de fabricación del acero. Para fabricarlo, el carbón se calienta en hornos especiales durante horas a altas temperaturas para eliminar impurezas que podrían debilitar el acero. El proceso crea lo que se conoce como gas de coque, una mezcla letal de metano, dióxido de carbono y monóxido de carbono.
En un principio, el Departamento de Salud del Condado de Allegheny emitió una advertencia para los residentes que vivieran a 1 milla (1,6 kilómetros) de la planta que permanecieran en el interior y cerraran todas las ventanas y puertas. Pero luego la levantó ya que sus monitores no habían detectado niveles de hollín ni dióxido de azufre por encima de los estándares federales.
De todas maneras, en el aire quedó un leve olor y mucha preocupación. Amy Sowers, una residente de Clairton, contó que decidió irse del área después de notar ese olor y que ya ha presenciado varios incidentes en la planta a lo largo de los años. A pesar de las preocupaciones por la salud, Sowers dijo que muchos residentes no pueden permitirse mudarse.
Otras explosiones y diversos problemas con la contaminación
La planta, según reportan medios locales, tiene una larga historia de preocupaciones por la contaminación. En 2019, accedió a resolver una demanda por contaminación del aire por US$ 8.500 millones. Cinco años después, la empresa acordó gastar US$ 19.500 millones en mejoras de equipos y US$ 5 millones en esfuerzos y programas locales para un aire más limpio como parte de la resolución de una demanda federal presentada por Clean Air Council, PennEnvironment y el Departamento de Salud del Condado de Allegheny.
La demanda tuvo su origen en un incendio la Nochebuena de 2018 que causó daños por valor de US$ 40 millones. El incendio dañó equipos de control de la contaminación y provocó repetidas emisiones de dióxido de azufre, según una demanda.
Tras el incendio, el condado de Allegheny advirtió a los residentes que limitaran las actividades al aire libre, y durante semanas los ciudadanos afirmaron que el aire se sentía ácido, olía a huevos podridos y era difícil respirar.
Además, en febrero, un problema con una batería en la planta causó una “acumulación de material combustible” que se encendió, causando un estruendo, según los funcionarios. Dos trabajadores recibieron primeros auxilios en un hospital local, pero no resultaron gravemente heridos.
Previamente, en septiembre de 2009, un trabajador de mantenimiento murió en una explosión en la misma planta y en julio de 2010, otra hirió a 14 empleados y seis contratistas. Según los registros en línea de OSHA de muertes en el lugar de trabajo, la última muerte en la planta fue en 2014, cuando un trabajador se quemó y murió tras caer en una zanja.
Después de la explosión de 2010, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional multó a US Steel y a un subcontratista con US$ 175.000 por infracciones de seguridad.
Con información de agencias.
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