Córdoba está en alerta por una nueva modalidad delictiva que crece rápido: el skimming y los fraudes digitales liderados por jóvenes de entre 19 y 23 años. Según el fiscal Franco Pilnik, estas bandas tecnológicas instalan dispositivos en cajeros para clonar tarjetas, hackean cuentas bancarias y lavan dinero usando criptomonedas. La mayoría actúa desde sus celulares y con tutoriales obtenidos en Telegram.
Uno de los casos más impactantes involucra a un joven sin antecedentes, egresado de un colegio privado, que intentó robar 48 millones de pesos a una empresa de Oncativo. Ya había logrado vaciar 7 millones de una papelera en Santa Fe. Todo lo hizo sin salir de su casa.
El nuevo perfil del delincuente
“Ya no hablamos de ladrones armados, sino de chicos con conocimientos técnicos que ven todo como un videojuego“, explicó Pilnik. Muchos no sienten culpa porque creen que, como no hay violencia física, el delito no es grave. Usan jerga propia (“dropeo”, “puente”, “reventar cuenta”) y aprenden en lo que el fiscal llama una “universidad del delito al alcance de la mano”.
Uno de los golpes más fuertes ocurrió en Córdoba: robaron 900 millones de pesos en una hora, dispersando el dinero en 70 cuentas. Después, lo convirtieron en criptomonedas para que no se pueda rastrear.
¿Qué es el skimming y cómo evitarlo?
El skimming consiste en clonar tarjetas bancarias mediante dispositivos ocultos en cajeros o terminales de pago. También existe el e-skimming, donde los datos son robados online al momento de hacer una compra. Para evitar caer, se recomienda no perder de vista la tarjeta, tapar el teclado al ingresar el PIN y nunca compartir datos bancarios por mensajes o formularios sospechosos.
