
A los 22 años, Franco Colapinto no solo representa el futuro del automovilismo argentino, sino también una nueva generación de pilotos que combinan talento, carisma y una visión clara de lo que quieren. En una entrevista descontracturada con el canal oficial de la Fórmula 1, el joven de Pilar dejó frases que pintan de cuerpo entero su personalidad y sus aspiraciones. “Soy humilde, cariñoso y apasionado”, se definió sin rodeos cuando le pidieron tres palabras para describirse.
Esa pasión lo acompaña desde muy chico. “Cuando tenía cuatro años ya tenía mi primer quad”, recordó entre risas. “Siempre me gustó la velocidad. Desde los tres ya conducía algo”. Esa pasión lo llevó a mirar campeonatos de TC en Argentina, a soñar con la F1 desde lejos y, finalmente, a tomar una decisión clave: mudarse a Europa a los 14 años para perseguir el sueño.
Su irrupción en la máxima categoría llegó acompañada de momentos inolvidables. “En Bakú, en mi segunda carrera, sin preparación, pude entrar en la Q3 y sumar puntos. Fue uno de los mejores momentos hasta ahora”, confesó con orgullo. Y agregó una anécdota que lo pintó como alguien que avanzaba sin rodeos: “Saqué mi licencia de conducir a los 17 y pasé al primer intento. Fue muy fácil, tuve suerte… ¡nunca suspendí!”.
La admiración por las leyendas del deporte también apareció en su discurso. “Si pudiera invitar a cenar a tres pilotos, elegiría a Fangio, Senna y Hamilton. Son mis ídolos y me encantaría escucharlos hablar de la vida y de las carreras”, afirmó. Consultado sobre su entorno en el paddock, en tanto, contó: “Con Gabriel Bortoleto tengo una relación muy cercana. Lo conozco desde el karting y es probablemente el piloto con el que más hablo”.
En una faceta desconocida, Colapinto habló de su relación con los idiomas. “Hablo español, inglés e italiano. El portugués… digamos que está por tres cuartos”, admitió divertido. Y confesó que ahora sumaba un desafío nuevo: “Estoy aprendiendo francés. Pierre Gasly me ayuda mucho y trato de escuchar todo lo que pueda. A veces no entiendo, pero poco a poco voy mejorando”.
Fuera de la pista, reflejó un costado simple: “Me encantan las vacaciones en la playa, con mi familia. Cuando era chico fui a México y todavía lo recuerdo como un gran viaje”. Y, a la hora de desconectarse, reveló sus gustos culturales: “Me gusta la serie Suits y películas como The Wolf of Wall Street y Rush. Son historias que tienen acción y mucha intensidad”.
Cuando se le preguntó por el futuro, no dudó. “En cinco años me veo en la Fórmula 1. Quiero seguir acá, no pienso en otra cosa”, aseguró con firmeza. Aunque se animó al juego propuesto de qué haría si no fuera piloto: “Cuando era chico me gustaba la ingeniería, porque iba a la escuela técnica. Un trabajo podría ser ese, aunque lleva mucho tiempo de estudio. ¿Astronauta? Sería un buen trabajo, divertido y con mucha adrenalina”.
Y, al hablar de consejos recibidos, destacó que el mejor fue “no rendirse nunca”. “Seguir empujando incluso cuando las cosas se ponen difíciles. Lo más importante es la gente que te apoya, los que están atrás tuyo en los momentos malos. Eso es lo que te hace seguir. Soy muy afortunado por las personas que tengo alrededor”,. subrayó quien dentro de una semana volverá a la pista en un circuito donde ganó sus primeros puntos en la F1: el callejero de Bakú en Azerbaiyán.
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