
El fentanilo es un opioide sintético con más de 40 años de uso médico. Se utiliza como analgésico y anestésico, principalmente en cirugías, terapias intensivas y neonatología. Su efecto principal es bloquear señales de dolor y producir sedación profunda, permitiendo procedimientos seguros bajo estricta supervisión médica. Se administra endovenoso, en parches transdérmicos o pastillas según la indicación.
El riesgo del lote contaminado en Argentina
Un lote del fentanilo distribuido por HLB Pharma Group y Laboratorios Ramallo fue detectado con bacterias que provocaron infecciones graves y 96 muertes. Los expertos destacaron la importancia de la trazabilidad y los controles farmacológicos para garantizar la seguridad del medicamento, ya que incluso fármacos vitales pueden volverse mortales si se incumplen los protocolos de producción.

Consumo ilegal y epidemia mundial
Fuera del ámbito hospitalario, el fentanilo se ha convertido en una droga de abuso, especialmente en Estados Unidos. Se mezcla con otras sustancias como cocaína o heroína, aumentando el riesgo de sobredosis y muertes. Su potencia extrema, bajo costo y disponibilidad ilegal generan lo que especialistas llaman la epidemia de opioides, con consecuencias letales para jóvenes y adultos.
Diferencias entre uso médico y abuso
La seguridad del fentanilo depende de la dosis, la vía de administración y el monitoreo clínico. En hospitales, se requiere doble autorización y seguimiento estricto; fuera de estos entornos, cualquier consumo es impredecible y puede ser fatal. Los especialistas resaltan la necesidad de educación pública, vigilancia farmacéutica y cooperación internacional para prevenir el abuso mientras se mantiene su uso médico imprescindible.

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