
La historia de Miguel Ángel Russo y Juan Román Riquelme en Boca Juniors es de esas que trascienden los números. No hicieron falta años de convivencia para construir un vínculo sólido: bastaron apenas 26 partidos compartidos en 2007 para sellar una relación de admiración mutua que continuó hasta el último día de vida del entrenador, quien falleció este miércoles.

La relación de Russo y Riquelme para la gloria en 2007
Tras brillar en el Boca de Carlos Bianchi, Riquelme dio el salto a Europa. En el Barcelona jugó 42 partidos, anotó 6 goles y repartió 9 asistencias, pero su relación tirante con Louis van Gaal lo marginó del equipo. En el Villarreal alcanzó su pico europeo: 45 goles, 28 asistencias, un histórico tercer puesto en La Liga y una semifinal de Champions League que quedó grabada en la memoria de los hinchas.

En 2007, en medio de un conflicto con la dirigencia del Submarino Amarillo, Boca logró lo impensado: repatriar a su ídolo por seis meses. Y Riquelme respondió con una actuación inolvidable: 8 goles y 5 asistencias en 11 partidos de Copa Libertadores, incluido un hat-trick en la final ante Gremio, que terminó 5-0 para el Xeneize.
En el banco estaba Miguel Ángel Russo, quien había asumido en febrero de ese año. Su llegada coincidió con la epopeya de Román, y juntos llevaron a Boca a su sexta Copa Libertadores. A pesar de que otros entrenadores dirigieron más partidos a Riquelme, la intensidad de ese breve ciclo marcó a fuego su relación.
“El agradecimiento es eterno. Le agradezco a Román y, en definitiva, después de 2007 en adelante, toda la gente de Boca siempre ha tenido una deferencia conmigo sustancial y muy grande”, recordó Russo años más tarde, reconociendo el legado de aquel equipo que conquistó América.

El ciclo de Russo se extendió a 56 partidos oficiales, con 30 triunfos, 12 empates y 14 derrotas. Tras la vuelta de Riquelme a Villarreal, el equipo perdió fuerza y cayó en la final del Mundial de Clubes frente al Milan (2-4). Fue el cierre de una etapa breve pero imborrable, que dejó como herencia una Copa Libertadores y una relación de respeto inalterable.
Una amistad que trasciende el tiempo
El último tiempo, con Riquelme convertido en presidente de Boca y Russo en el banco Xeneize, la historia se renovó bajo otros roles. Riquelme buscó a Russo para que fuera el DT de Boca en medio de la salida de Gago y así darle su tercer ciclo en el Xeneize.
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