Alicio Dagatti, empresario cordobés del rubro frigorífico, asumió la presidencia de Estudiantes de Río Cuarto en 2015. Desde entonces, lideró un proceso de crecimiento que llevó al club desde torneos regionales hasta la Primera Nacional, y finalmente al gran salto: el ascenso a la Liga Profesional, logrado este año tras una campaña histórica, que se consumó el domingo en Puerto Madryn, luego de que el equipo dirigido por Iván Delfino empatara 1-1 con Deportivo Madryn y ganara la serie con un global de 3 a 1.
Pero la imagen del dirigente que festeja en la cancha contrasta con su situación judicial: Dagatti fue detenido en diciembre de 2024 en una megacausa que investiga el ingreso de drogas, celulares y otros elementos prohibidos al penal de Bouwer mediante camiones vinculados a su empresa. La hipótesis apunta a una asociación ilícita que habría usado la distribución de carne como fachada.
Tras pasar más de ocho meses detenido, Dagatti recuperó la libertad en agosto de 2025 bajo caución (obtuvo la libertad condicional con una fianza de 500 mil dólares), aunque la causa principal no se cerró. En noviembre, la Justicia sumó una nueva imputación por presunta comercialización de carne en mal estado, derivada del expediente original. Además, el fiscal de Delitos Complejos pidió la elevación a juicio como “presunto jefe de asociación ilícita”, y la Cámara de Casación Federal ordenó que el caso pase al fuero nacional, lo que anticipa un proceso más complejo. Por su parte, la defensa de Dagatti insiste en su inocencia y reclama un juicio oral y público.
Mientras la investigación avanza, Estudiantes celebró el ascenso con una fiesta multitudinaria en Río Cuarto. Entre los saludos más resonantes estuvo el del presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, quien felicitó públicamente al club y a Dagatti, gesto que reavivó el debate sobre las relaciones de poder en el fútbol argentino.
Entre los hinchas felices de Estudiantes de Río Cuarto, hay alguien especial, y reconocido. Se trata de Pablo Aimar, hoy ayudante técnico de Lionel Scaloni en la Selección, quien se formó en las Inferiores de este club de su ciudad natal y que terminó retirándose con la camiseta del León del Imperio, institución que hace más de un año le puso el nombre del Payaso a su nueva ciudad deportiva.
Alicio Dagatti, presidente del club de Rio Cuarto. Pablito Aimar siempre estuvo muy identificado con este conjunto cordobés del que salió para brillar luego en River, Valencia, Benfica y la Selección, y al que regresó para retirarse. El 23 de enero de 2018 (en un encuentro oficial por la Copa Argentina ante Sportivo Belgrano jugó su último partido profesional, junto a su hermano Andrés en la cancha, con su papá mirándolos desde una platea, en la que también se encontraba Marcelo Bielsa, quien asistió especialmente para ver a Pablito.
Estudiantes, que será uno de los cuatro clubes de Córdoba que jugarán en Primera en 2026, junto a Talleres, Belgrano e Instituto, fue fundado en 1912 y en la calle España está su sede social, donde festejaron los hinchas este histórico ascenso después de haber participado en varios nacionales, el último en 1985. Y la celebración siguió este lunes por la tarde en el estadio Antonio Candini, el cual será refaccionado para poder recibir a River y Boca sin problemas, con el recibimiento a los jugadores.
Un dirigente del club resumió el sentimiento interno: “Este ascenso demuestra que el plantel respondió a pesar de las dificultades”.
El León del Imperio se prepara para su debut en la Liga Profesional con la ilusión intacta, pero también con la sombra de un proceso judicial que podría modificar su estructura dirigencial. Para Dagatti, el paso al fuero federal y las imputaciones acumuladas configuran un escenario incierto, mientras el club gana visibilidad nacional y se prepara para competir en la elite.
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