
El dolor de espalda es un problema común que afecta a muchas personas debido al sedentarismo, el trabajo frente a la computadora y las malas posturas en la vida cotidiana. Sin embargo, con una rutina de ejercicios simples, es posible fortalecer los músculos, mejorar la postura y prevenir molestias a largo plazo.

Uno de los ejercicios más efectivos es el estiramiento de pecho y hombros. Pasar muchas horas sentado puede provocar que los hombros se encorven hacia adelante, generando tensión en la espalda. Para corregir esto, basta con entrelazar las manos detrás de la espalda y estirar los brazos hacia atrás, manteniendo la posición durante 20 segundos.
Otro ejercicio clave es el puente de glúteos, que fortalece la zona lumbar y el core. Para hacerlo, hay que recostarse boca arriba, con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo. Luego, se elevan las caderas hasta formar una línea recta con el cuerpo, manteniendo la postura unos segundos antes de descender.

El gato-camello, un movimiento clásico del yoga, también es excelente para la espalda. En posición de cuatro apoyos, se alterna entre arquear la columna hacia arriba y luego hacia abajo, sincronizando la respiración. Este ejercicio ayuda a flexibilizar la columna y aliviar tensiones acumuladas.
Por último, fortalecer la zona abdominal con planchas es fundamental para mantener una postura erguida. Al sostener el cuerpo alineado sobre los antebrazos y las puntas de los pies durante 20 a 30 segundos, se activan los músculos del core, lo que mejora la estabilidad y previene dolores de espalda.
Incorporar estos ejercicios a la rutina diaria no solo mejora la postura, sino que también contribuye a una mejor calidad de vida, reduciendo el riesgo de lesiones y molestias musculares. Con solo unos minutos al día, es posible notar cambios positivos en la forma en que el cuerpo se sostiene y se mueve.