
Un nuevo escándalo sacude el juicio por la muerte de Diego Maradona. Durante la última audiencia, dos personas fueron sorprendidas grabando las declaraciones sin la autorización de la familia, lo que generó revuelo entre los presentes. Lo insólito es que habrían ingresado con el permiso del tribunal, específicamente de los jueces, lo cual desató las sospechas sobre un posible manejo irregular de la causa.
El foco se posó especialmente sobre la jueza Julieta McIntosh, quien hasta ahora era vocal del tribunal pero asumió sorpresivamente el rol de presidenta durante la audiencia, algo que llamó poderosamente la atención de las partes involucradas. Esta maniobra generó múltiples cuestionamientos, especialmente por parte del abogado Fernando Burlando y del defensor de Luque, Mario Rivas, quienes solicitaron explicaciones y la identificación de los misteriosos camarógrafos.
La situación escaló aún más cuando se conoció que los hombres que filmaban podrían estar ligados a una productora cuyo socio sería Juan McIntosh, hermano de la jueza. Aunque esto aún se investiga y se menciona en potencial, la posible conexión familiar y el acceso privilegiado al material del juicio desataron sospechas de corrupción, además de poner en duda la imparcialidad del tribunal. Burlando ya presentó una denuncia penal para esclarecer los hechos.
Tras el revuelo, y luego de un cuarto intermedio, los jueces volvieron a sus roles originales, lo que aumentó la desconfianza de los abogados y del entorno de Maradona. “Esto afecta de lleno la credibilidad del juicio”, sostuvo Burlando. Dalma Maradona, al enterarse por televisión, se mostró conmocionada y negó rotundamente haber autorizado cualquier tipo de grabación.
