
Durante mucho tiempo, se pensó que los seres humanos solo tenían cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Con el correr de los años, se incorporaron algunos extras como el equilibrio.
Una reciente investigación sugiere que existe algo más, se trata de una forma de “tacto remoto”, un séptimo sentido que podría permitirnos detectar objetos sin contacto directo.
Este hallazgo, impulsado por científicos de la Universidad Queen Mary de Londres y el University College London, cambia radicalmente nuestra idea de cómo funciona la percepción humana, y además, se parece peligrosamente a cómo algunas aves consiguen cazar bajo la arena.
Qué descubrieron los investigadores
El experimento fue bastante sencillo en apariencia, pero profundo en su impacto. Doce voluntarios, de entre 18 y 26 años, introdujeron su dedo índice lentamente en una caja llena de arena seca.
Dentro de esa arena había un pequeño cubo de plástico oculto. La consigna era que avisaran cuando “sintieran algo raro”, incluso si aún no lo habían tocado físicamente.
Los resultados fueron sorprendentes ya que los participantes detectaron el cubo con un porcentaje de acierto notable (alrededor de 70,7%) antes de que sus dedos lo tocaran directamente.
El experimento fue bastante sencillo en apariencia, pero profundo en su impacto. EFE/ Darek Delmanowicz.Además, en promedio, la detección ocurría cuando sus puntas estaban a unos 2,7 centímetros del objeto enterrado.
Para confirmar que no se trataba de un fenómeno al azar, los investigadores modelaron los aspectos físicos del experimento.
Descubrieron que las manos humanas pueden ser increíblemente sensibles ya que captan desplazamientos minúsculos en los granos de arena, que actúan como “reflejos mecánicos” generados cuando la arena se termina al chocar contra un objeto estable.
Comparación con robots: ¿quién “siente” mejor?
El estudio no quedó solo en experimentos con humanos. Los científicos también diseñaron un brazo robótico (un UR5) equipado con sensores táctiles y lo entrenaron con inteligencia artificial (red neuronal LSTM) para replicar la tarea.
Los resultados del robot fueron interesantes pero también reveladores ya que también podía detectar el objeto escondido desde distancias algo mayores, pero cometía muchos más falsos positivos, lo que reducía su precisión general alrededor del 40 %.
Un experimento descubrió un nuevo sentido en humanos. Foto: Freepik.En cambio, los humanos demostraron mayor juicio y selectividad para distinguir cuándo una señal realmente indicaba algo escondido.
Este contraste sorprendió a los investigadores, aunque un robot con sensores avanzados puede “sentir”, el cerebro humano sigue siendo más eficaz para interpretar los indicios más débiles y descartar el ruido.
El papel de las aves en este “séptimo sentido”
- Analogía con ciertas aves: Algunas aves de orilla, como los playeros (sandpipers) y chorlitos (plovers), ya habían demostrado una habilidad similar de “tacto remoto” para detectar sus presas bajo la arena.
- Estructuras especializadas en aves: A diferencia de los humanos, estas aves tienen picos adaptados para captar vibraciones y gradientes de presión en medios granulares.
- Señales mecánicas naturales: Al mover su pico sobre la arena, las aves perciben pequeñas variaciones en la presión, lo que les permite localizar alimento sin necesidad de verlo.
Según los autores del estudio, que los humanos puedan tener una capacidad parecida, sin estructuras tan especializadas como los picos de estas aves, es algo extraordinario. Es una forma en que la biología humana se asemeja a la de otras especies, según la ciencia.
1. Aplicaciones tecnológicas
- Puede inspirar robots con sensación táctil más fina, capaces de detectar objetos enterrados o peligrosos sin verlos.
- También podría desarrollarse tecnología para exploración arqueológica: encontrar artefactos sin dañarlos.
- En entornos complejos, como escombros tras desastres naturales o suelos de otros planetas, esta capacidad táctil podría ser invaluable.
2. Nuevo paradigma sensorial en la ciencia
- Este sentido desafía la idea tradicional de que el tacto solo existe cuando hay contacto directo. Según los investigadores, amplía lo que llamamos el “campo recíproco” perceptivo.
- La ciencia de la percepción humana debe repensar qué tan lejanos pueden estar los estímulos que nuestro sistema nervioso interpreta como tacto.
- Desde un punto de vista evolutivo, podría tratarse de una capacidad latente, más antigua de lo que creíamos, que no desapareció por completo en nuestra especie.
Limitaciones del experimento sobre el “séptimo sentido” humano
- El experimento se realizó solo en arena seca: no está claro cómo funcionaría este sentido en otros medios granulares (como tierra húmeda, polvo, o materiales con diferente tamaño de grano).
- No se sabe cuán consciente es la percepción: esas señales pueden procesarse de forma muy sutil, sin generar una “sensación” reconocible, lo que hace difícil entrenar o aumentar esta capacidad voluntariamente.
- El modelo físico usado para estimar los límites del “tacto remoto” todavía no contempla todos los escenarios reales, por lo que es necesario seguir profundizando.
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