
La casa de Gran Hermano vivió una noche llena de emociones, sorpresas y giros inesperados. En un miércoles cargado de tensiones, la producción sorprendió a todos con la entrada de Catalina Gorostidi, quien, gracias al Golden Ticket otorgado por “El Supremo”, reemplazó a Furia, quien decidió abandonar la competencia. Este regreso no solo alteró la dinámica de la casa, sino que también marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historia del reality.
Tras la eliminación de Luciana, la semana comenzó con fuertes movimientos dentro de la casa. La llegada de Catalina Gorostidi se dio en un contexto de incertidumbre, después de que Big aplicara una sanción quíntuple y un participante ejecutara una fulminante, lo que resultó en la conformación de una placa parcial de nominados. Sin embargo, el abandono de Juliana fue el factor que más sacudió a los concursantes, quienes se vieron sumidos en la duda de qué pasaría con el futuro de la competencia.
La respuesta llegó durante la gala de nominaciones, donde el conductor Santiago del Moro reveló las razones detrás de la elección de Catalina para volver a la casa. Según explicó, la producción consideró que la participante no había podido demostrar todo su potencial en la edición anterior, y ahora, tras haber pasado 77 días en la casa, tenía “mucho más para dar”. A pesar de su eliminación en la quinta gala, Catalina había dejado una huella importante en la audiencia y en sus compañeros, especialmente tras su enfrentamiento con Furia en el pasado.
Cuando finalmente hizo su entrada a la casa, la sorpresa fue total. Los participantes no podían creer que la ex concursante había vuelto, y Catalina no tardó en dejar en claro que venía con todo. Con su frase contundente, “Que se caigan las caretas”, dejó claro que está lista para cambiar el rumbo de la competencia y enfrentarse a todos sin filtros.