
Geografía libertaria
Los gobernadores de todo el país reciben gustosos el llamado desde la Casa Rosada. Algunos viajan hasta Buenos Aires (como el jujeño Carlos Sadir) y otros, como el santiagueño Gerardo Zamora o el misionero Hugo Passalacqua, reciben al flamante ministro del Interior en sus terruños. Todos son sonrisas y humoradas con el locuaz Diego César Santilli, un dirigente político acostumbrado a tratar con sus pares, y con modales más cordiales y para nada “anti político”, como es un poco la estirpe del resto del Gabinete nacional.
Pero por el momento, los mandatarios provinciales ven mucha gestualidad y pocos hechos concretos. Y sigue latente la frase del gobernador salteño Gustavo Sáenz quien graficó muy irónicamente la situación al decir que “todo muy lindo pero el poncho sigue sin aparecer”.
Santilli está recién llegado al esquema de poder libertario, se define como “optimista” con lo que pretende en su vínculo con los caciques provinciales y ha dicho que él no juega solo y que “las decisiones las tomo en conjunto”. Esto es, en la mesa política que hoy está conformada por Javier Gerardo Milei y su hermana Karina, junto a Manuel Adorni, Patricia Bullrich, Luis “Toto” Caputo, Martín Menem y Santiago Caputo.
Allí, donde la presencia del titular de Economía resulta fundamental para soltar partidas, se debe resolver cómo cumplirán con los gobernadores si quieren el apoyo en las leyes que se tratarán en las sesiones extraordinarias; y luego, “explicar para quién, cuándo y cómo”, al decir de un alto funcionario que sabe cuánto son requeridos los ATN, los afamados Aportes del Tesoro Nacional, que siempre resultaron una respuesta contante y sonante para los gobernadores.
La interna en el Gobierno sigue viva pero en estado latente. En el primer piso de la Casa Rosada describen, con elegancia, que hoy hay una “unificación de comando” entre Karina y Santiago Caputo. Así lo vivió un gobernador que llamó -como solía hacer en esta gestión presidencial- para hablar con el asesor presidencial y la respuesta fue directa: “Hablen con el Colorado”. Dicho mandatario recordó allí, cándidamente, los tiempos de Guillermo Francos como jefe de Gabinete, donde eran tratados con manos de seda pero a la hora de resolver, los teléfonos oficiales de la Nación se quedaban sin señal. Fuera del área de servicio…
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, con el jefe de Gabinete, Manuel Adorni y el ministro del Interior, Diego Santilli.
Interna chicha
De todos modos, en el Gobierno nacional observan con alguna sorpresa los movimientos del cordobés Martín Llaryora y del santafesino Maximiliano Pullaro, a quienes notan críticos en lo público pero amigables cuando hablan por teléfono con los funcionarios nacionales. El mediterráneo pide por la universidad de su provincia y el de Melincué pide “respuestas concretas para luego reunirme”.
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Las condiciones del gobernador Maximiliano Pullaro para dialogar con el Gobierno
En la Rosada creen que todo se transformará en gestos concretos en la primera semana de diciembre, cuando lleguen los nuevos diputados y senadores al Congreso Nacional y el Ejecutivo necesite la aprobación de la ley de leyes (el Presupuesto) y la Reforma Laboral. Allí el poncho aparecerá…
Mientras tanto, la interna oficial que transcurre en modo “calma chicha” y no se hará estallar nada por este año, donde en el Ministerio de Justicia continuará el dueto Mariano Cúneo Libarona – Sebastián Amerio, y en la SIDE y la ARCA las actuales administraciones parecen tener un fin de año en relativa paz. Noches de paz, noches de amor…
Javier Milei en la reunión de Gabinete, con los nuevos ministros de Defensa y Seguridad en Casa Rosada.
Un cargo no se le niega a nadie
El peronismo observa por estas horas toda la negociación que se llevó a cabo para las leyes de Presupuesto y de Endeudamiento que el gobernador Axel Kicillof pretende para su gestión en la provincia de Buenos Aires. El mandatario de la provincia mayor delegó en su jefe de Gabinete, Carlos Bianco, y en Mariano Cascallares y Gabriel Katopodis (referentes peronistas de Alte. Brown y de San Martín) el punteo en ambas cámaras legislativas y en la negociación con La Cámpora, el hueso más duro de roer para el kicillofismo.
Por el lado del cristinismo, el propio Máximo Carlos Kirchner se enfocó en la negociación junto a Facundo Tignanelli, su brazo en el poder legislativo bonaerense. Pero quien quedó afuera de estas conversaciones fue Mayra Mendoza, luego de criticar a Kicillof y decir que pasaba a ser “oposición responsable”. Los enojos llegaron a Quilmes desde San José 1111.
Pero el fondo del acuerdo que brindaron la mayoría absoluta de los intendentes (sean del signo que sean) se debió al fondo de 350.000 millones que se destinará para los municipios, que es lo que representa el 8% del endeudamiento pedido por el gobernador Kicillof. También allí jugaron muchos diputados y senadores provinciales que terminan su mandato en diciembre y que han buscado algún poco de sombra bajo el sol: el llano siempre es duro para un político.
Las sillas en la representación en el Banco Provincia más los organismos de control, que también han servido para cobijar almas en pena. Dos hombres que son preocupación en el “peronismo compañero” son los de los ex intendentes Julio Pereyra y Alberto Descalzo, además del histórico kirchnerista Carlos “Cuto” Moreno, quien siempre gozó del aprecio del gobernador bonaerense. Compañeros, siempre fuimos compañeros…
Axel Kicillof con Verónica Magario y Mayra Mendoza—



