
El papa Francisco se asomó este domingo al balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición Urbi et Orbi, tras la misa del Domingo de Resurrección. A pesar de seguir recuperándose de una neumonía bilateral que lo mantuvo internado por más de un mes, el pontífice participó de la ceremonia ante miles de fieles en la plaza vaticana.

A sus 88 años, el jefe de la Iglesia Católica se mostró en silla de ruedas y sin cánulas de oxígeno. Al iniciar la celebración, saludó a los presentes con un “Feliz Pascua”, aunque delegó la lectura del mensaje de Pascuas en el maestro de ceremonias, Diego Ravelli. La misa fue oficiada por el cardenal Angelo Comastri.

Durante el mensaje pascual, el papa expresó su profunda preocupación por la situación humanitaria en Gaza, donde pidió un alto al fuego inmediato, la liberación de rehenes y asistencia para las personas afectadas por la guerra. Además, alertó sobre el aumento del antisemitismo a nivel global y llamó a que la luz de la paz se irradie desde Tierra Santa, donde este año las Pascuas serán celebradas el mismo día por católicos y ortodoxos.

Francisco también condenó los ataques a civiles, escuelas y hospitales en distintos conflictos del mundo, subrayando la necesidad de priorizar el principio de humanidad.