El misterio de Ashley Barnett, la actriz de 24 años que murió en un crucero: una autopsia inexplicable y una madre que no se rinde

Ashley Barnett, una joven actriz californiana que daba sus primeros pasos en Hollywood, quiso celebrar su cumpleaños número 25 en altamar. Era su primera vez en un crucero, y la acompañaban su novio y dos parejas amigas.

Zarparon el 14 de octubre de 2005 desde Los Ángeles en uno de los imponentes embarcaciones de la línea Carnival Cruise Paradise, con destino a México. Menos de 24 horas después fue hallada muerta en su camarote.

Su madre, Jamie Barnett, fue informada de la devastadora pérdida 24 horas después. “No solo me enteré de la peor manera, sino que para cuando me llamaron mi hija ya estaba en una morgue completamente sola en México”, reveló la mamá de la joven en diálogo con el noticiero Banfield, emitido por el canal NewsNation.

El barco ya había retomado el itinerario de viaje, con su yerno y los amigos de su hija a bordo, y nadie le explicaba qué le había pasado a Ashley.

El FBI había sido notificado de la muerte de una pasajera norteamericana de 24 años, pero como sucedió en aguas internacionales, la información y las posibilidades de avanzar con la investigación eran limitadas.

Crecer en Hollywood y soñar en grande : quién era Ashley Barnett

Ashley supo lo que era la vida frente a la cámaras desde que era niña, y parecía tener un don para la industria hollywoodense. Creció en Burbank, California, junto a sus tres hermanos, dos hermanastras y otro par de hermanastros.

Sus padres se habían divorciado cuando ella era una niña, pero mantenían muy buena relación tras haber rehecho sus vidas y formar una numerosa familia ensamblada.

Su madre trabajaba en los estudios de la cadena CBS, como directora en el departamento de control de televisión, y más de una vez su hija la acompañaba.

A los 20 años Ashley ya seguía sus pasos y había conseguido un puesto de asistente de producción en la serie Will and Grace. Era el ambiente ideal para una joven aspirante actriz que además de actuar sabía producir contenido.

Según IMDb, en 1998 hizo una participación pequeña en la exitosa comedia Mad About You, un año después formó parte del cortometraje Torrance Rises, y justo antes de abordar el crucero grabó Golf Cart Driving School.

Su carrera fugaz, pero intensa, iba en ascenso. Trabajó codo a codo con el compositor cinematográfico John Debney, quien la contrató como coordinadora musical.

“Tenía un futuro de estrella escrito en su interior. No solo era hermosa, sino que tenía un alma y un corazón enormes“, declaró Debney al mismo noticiero de CBS.

Nunca imaginó que tan solo cinco años después tendría que dirigir una orquesta de 40 instrumentos en el funeral de Ashley, donde tocaron la música que ella amaba para despedirla.

“Había compuesto una canción de rap antidrogas, su creatividad no tenía límites y representaba también sus creencias”, destacó Debney. Su comentario deja en claro su postura sobre las versiones que circularon tiempo después sobre la causa de muerte de Ashley.

La cronología del cumpleaños que Ashley Barnett no llegó a celebrar

Hubo un gran ausente en el último adiós de la joven: su novio, Geoff Ginsburg, también de 24 años, quien no tuvo permitido el ingreso al funeral.

“Sentí que debía haber sido parte de esa despedida, que podría haber compartido muchas historias, porque fui una parte importante de su vida; Ashley me quería y yo la quería a ella“, expresó el joven en aquel entonces.

Fue la única vez que Geoff habló públicamente durante la emisión de un especial del caso que se transmitió en la pantalla de CBS el día del primer aniversario de la trágica muerte.

Ashley y Geoff se conocían desde la secundaria. Ella lo había visto batallar contra su adicción a las drogas, y su familia estaba sorprendida por el noviazgo, pero con el tiempo lo habían aceptado.

“Cuando empezaron a salir él estaba limpio, y Ashley estaba orgullosa de él, de lo que había superado”, indicó la madre de la joven, que recalcó que su hija se había comprometido en varias causas de concientización sobre consumo de drogas.

“Ella miró más allá de mi adicción. Pudo ver que ese no era yo, conocer al verdadero Geoff que en ese entonces ni yo conocía”, aseguró la pareja de Ashley.

En el último video que grabaron a bordo del crucero se ve a Ashley y Geoff a los besos, a puro romance mientras escuchaban un recital en la cubierta del imponente crucero.

También se filmaron caminando en el casino, y recorriendo las pasarelas junto a sus amigos, sin saber que serían las últimas horas de vida de Ashley.

Volvieron a la habitación juntos a las 2:30 de la madrugada. “Ashley quería irse a dormir, y yo quería volver al casino, estaba muy emocionado por estar en un crucero y quería quedarme despierto”, relató Geoff.

Tras una discusión él se volvió a ir y ella se quedó en el camarote. “Regresé a las 4:00 a. m., Ashley estaba dormida, me acosté junto a ella y me dormí”, narró el joven.

El sábado al mediodía Ashley seguía durmiendo. Geoff bajó a desayunar con sus amigos y asegura que les dijo: “Mi muñeca sigue roncando. Dejémosla dormir un poco más, y vamos a despertarla en un rato”. Los testimonios de los acompañantes del viaje coinciden con su declaración.

SuoA las dos de la tarde regresó para despertar a su novia. “Me acerqué y le dije: ‘Cariño, ya está, vamos, hora de levantarse‘, le toqué la cara y le dije: ‘Cariño, cariño, ¿qué pasa?’. Tenía los ojos cerrados y yo intentaba abrirlos un poco, pero no respondía, y ahí empecé a entrar en pánico“, detalló Geoff.

Tras varios intentos sin respuesta alguna, a las 2:07 p. m., Geoff llamó a emergencias desde la habitación. El llamado quedó grabado, y se lo oye decir a los gritos: “Mi novia no respira, no creo que respire. Por favor, vengan a ayudarme”.

A los tres minutos llegó una enfermera e intentó realizarle RCP. A las 14:10 se emitió un aviso de emergencia para llamar al médico del barco.

“Les dije que noté que me faltaban algunos de mis medicamentos mientras aún atendían a Ashley, y mencioné especialmente metadona para que le administraran medicamentos contra posible sobredosis, pero no lo hicieron”, aseguró el único testigo de aquel dramático intento por revivirla.

A las 14:12 llegó el médico del barco, y según su declaración, la joven estaba “inconsciente, fría al tacto y sin pulso”. “Cuando yo llegué Ashley todavía estaba caliente, y sus labios no estaban azules, solo parecía profundamente dormida”, insistió Geoff.

El joven siempre opinó que deberían haber traído más equipo de rescate, y que no había suficientes desfibriladores disponibles a bordo.

La compañía Carnival insistió en que “respondieron con rapidez y de forma adecuada”, bajo el argumento de que un dispositivo adicional no habría servido de nada porque Ashley ya había fallecido antes de que se solicitara asistencia médica. A las 14:45 fue declarada oficialmente muerta.

La autopsia y los interrogantes: ¿Consumo accidental, crimen o ambos?

Ese fin de semana la cerradura del camarote de Ashley falló, lo que significa que nunca se registró ninguna entrada con tarjeta, lo que dificultó determinar con precisión la cronología de su único día a bordo. Las cámaras tampoco tomaban el ingreso a todas las habitaciones, sino solamente las áreas comunes.

Carnival inició una investigación, pero como el crucero estaba atracado en Ensenada, las autoridades mexicanas quedaron a cargo para realizar la autopsia y evaluar un potencial homicidio.

Más tarde esa fatídica noche Geoff y sus amigos volvieron a bordo del Paradise, que zarpó de regreso a California, mientras el cuerpo de Ashley había sido entregado a las autoridades forenses mexicanas.

A Geoff se le exigió permanecer a bordo hasta que las autoridades estadounidenses pudieran interrogarlo. Un día después, mientras el barco regresaba a casa, Geoff finalmente llamó a su suegra.

“No sabía qué decir. Estaba en shock. ¿Cómo se hace esa llamada? ¿Qué se dice? No sabía cómo manejarla. Y quizás no lo hice bien, pero al final llamé a Jamie”, expresó el joven.

Asegura que la conversación fue muy corta porque las personas que estaban con él le quitaron el teléfono al verlo tan alterado. “No sé qué pasó; se durmió y eso es todo lo que sé. Lo único que sé es que revisé y me faltaba algo de metadona y algo de Vicodin”, fueron las palabras que esbozó cuando le dio la peor noticia a la madre de su novia.

“¿Qué estás diciendo? Eso no tiene nada que ver porque ella no lo habría tomado jamás”, fue la respuesta de su suegra. Él le comentó que el crucero no era solo para celebrar el cumpleaños de su hija, sino que iba a aprovechar el tiempo a bordo para desintoxicarse, ya que había recaído en su adicción al Vicodin.

“Sé que no parece una buena idea ir a un crucero de tres días a pura fiesta y alcohol para intentar limpiarme, pero llevé la metadona escondida en un frasco de jarabe para la tos porque pensaba resolver yo mismo mi adicción, impulsado por la persona que amaba”, se justificó Geoff ante las cámaras.

Cuando el barco regresó a Long Beach, el FBI intervino y comenzó su propia investigación. El cuerpo de Ashley fue devuelto a Estados Unidos cinco días después de su muerte, y la familia Barnett contrató al prestigioso docotr David Posey para que le realizara una autopsia como perito de parte.

Los informes determinaron que la causa de su muerte fue una sobredosis de metadona.

Ashley Barnett estaba resfriada: la hipótesis de la toma accidental

“No había signos de trauma, los órganos de Ashley estaban sanos y su cuerpo en perfecto estado. Había evidencia de que había consumido algo alcohol, pero Ashley murió por los efectos tóxicos de la metadona“, indicó el patólogo Posey.

Este fue el segundo examen del cuerpo. El primero se realizó en México y ambas autopsias llegaron a la misma conclusión. “Menos de una cucharadita puede ser mortal, y más aún si tu cuerpo nunca tuvo metadona en su organismo”, aseguró el especialista.

“Ashley no habría tomado metadona por decisión propia jamás, y para demostrarlo solicitamos una prueba de sus folículos pilosos”, comentó la madre de la actriz.

“Los resultados fueron claros: no se encontraron drogas en su hermoso y largo cabello, dio un resultado inequívoco de que no era una consumidora habitual de drogas“, agregó.

Geoff insistió en que él jamás le hubiera dado drogas a Ashley ni la hubiera introducido en el consumo. Los investigadores evaluaron esa posibilidad y también la vida personal de la joven.

“Ashley tuvo un aborto tres semanas antes de ir al crucero, y estaba disgustada por haber tenido que tomar esa decisión”, reveló el novio, que jamás enfrentó cargos federales por la muerte de su pareja, a pesar de que reconoció haber sido él quien ingresó la metadona al barco.

Los amigos que los acompañaron se opusieron a la hipótesis de que la joven lo haría tomado de forma intencional en un intento por quitarse la vida.

“No estaba deprimida, ella amaba estar en este mundo, y hablaba de su cita con un agente para firmar otro contrato al volver”, aseguraron.

La madre de Ashley aportó otra posible versión. “Mi hija no se sentía bien antes del crucero y pudo haber buscado ese frasco de medicamentos para el resfriado creyendo que realmente era un jarabe normal”, sostuvo.

Pero Geoff insiste en que Ashley sí lo sabía. “Estaba con ella y se lo conté, le dije que había puesto la metadona en el frasco, pero tampoco puedo garantizar que ella no lo haya olvidado”, expresó.

20 aniversarios y la misión de proteger a otros en medio del dolor

“Nunca tendré todas las respuestas. Eso es uno de los aspectos más desgarradores de todo lo que implica perder a alguien en un crucero”, aseguró a The Sun la madre de Ashley.

“Me despierto cada mañana deseando poder abrazar a mi hija una vez más. Y rezo para que ninguna otra madre tenga que vivir esta pesadilla“, confesó.

“Mucha gente no se da cuenta de lo difícil que es para las autoridades de cada país investigar los delitos que ocurren en el mar y recopilar pruebas por la falta de legislación en aguas internacionales“, indicó.

“La falta de jurisdicción es el problema, porque en los cruceros la máxima autoridad suele ser el personal de seguridad, que son empleados de la propia línea de cruceros, lo que plantea dudas sobre la imparcialidad de su trabajo como protectores de los pasajeros”, reflexionó.

El activismo de Jamie fue fundamental en el desarrollo de leyes más estrictas en torno a las muertes en cruceros en su papel de presidenta del grupo de presión International Cruise Victims.

“Estamos para ayudar a las personas que han sido víctimas de algún tipo de delito, negligencia o evento traumático en el mar; cuando eso le sucede a la gente, debido a que las leyes son tan imprecisas, no saben a quién recurrir ni qué hacer, y quienes dirigimos esta organización recordamos eso vívidamente y cómo nos sentíamos”, describió sobre su labor diaria.

Desde 2006, International Cruise Victims, Inc. (ICV) cuenta con miembros en todo el mundo, compuesto íntegramente por voluntarios, víctimas o sobrevivientes de eventos trágicos ocurridos en altamar.

“Nuestro objetivo es contribuir al desarrollo de una industria de cruceros donde los pasajeros y la tripulación estén a salvo de la victimización, trabajando con el Congreso y otras agencias y organizaciones para mejorar los estándares, las regulaciones, las leyes y la justicia”, explican en su sitio web.

Tuvo un rol calve en la aprobación de la Ley de Seguridad y Protección de Barcos de Cruceros (Cruise Vessel Security and Safety Act), que se convirtió en ley federal en Estados Unidos en 2010.

Geoff jamás volvió a dar testimonio sobre la muerte de su novia. Mantuvo un bajo perfil y tampoco tiene visibilidad en las redes sociales.

“Está en mi corazón y en mi mente todos los días. No pasa un minuto sin que piense en ella, ojalá estuviera aquí conmigo”, declaró en 2006 en su única entrevista televisiva.

La madre de Ashley, Jamie Barnett, sigue esperando respuestas y mantiene la exposición mediática. En 2024 fue convocada a participar del documental Amy Bradley is missing (La desaparición de Amy Bradley), estrenado en Netflix en 2025 con gran éxito en las tendencias de la plataforma de streaming.

Es una de las voces que opina frente a cámara en los cuatro episodios sobre el caso ocurrido en el Royal Caribbean International en marzo de 1998, que todavía también permanece bajo investigación abierta del FBI.

“Lo que le pasó a mi hija, o lo que le sucedió a Amy, podría ser la historia de cualquiera. Fueron víctimas de muchas personas diferentes, de muchas circunstancias que contribuyeron a su prematura desaparición. En algún puerto, en este mismo momento una chica de 25 años se embarca en un crucero con unos amigos, y mi misión es que esté lo más segura y protegida posible”, concluyó Jamie Barnett.