Pablo Laurta, el hombre detenido por el doble femicidio de Luna Giardina (24) y Mariel Zamudio (50), y acusado además del asesinato del remisero Martín Sebastián Palacio, había sido arrestado en enero de 2024 por violar una orden de restricción, pero recuperó la libertad un mes después gracias a un informe psicológico que descartó riesgos de violencia.
El caso, que estuvo bajo la órbita de la Fiscalía del Distrito 4 Turno 6, a cargo de Jorgelina Gutiez, se originó luego de que Laurta incumpliera una medida judicial impuesta por el Juzgado de Violencia Familiar. Según la pericia oficial, el imputado “no revestía peligrosidad ni presentaba factores psicopatológicos graves”, por lo que fue liberado el 8 de febrero de 2024 bajo condiciones de tratamiento psicológico ambulatorio.
El informe al que accedió Clarín sostenía que Laurta “comprendía la criminalidad de sus actos” y que no existía un riesgo cierto “para sí ni para terceros”. Pese a esas conclusiones, el hombre continuó hostigando a su ex pareja, hasta concretar los crímenes que conmocionaron a Córdoba y Entre Ríos. Hoy, un año y medio después de aquella evaluación, el uruguayo enfrenta cargos por tres homicidios y una cadena de violencia que pudo haberse evitado.
