
El mundo del entretenimiento y el deporte se vio sacudido por la muerte de Hulk Hogan, uno de los luchadores más icónicos de la historia. A los 71 años, el excampeón de la WWF falleció en su casa de Florida, dejando un legado que marcó generaciones. Días después, un informe del Centro de Ciencias Forenses de Pinellas reveló las verdaderas causas de su muerte, que no solo incluyeron un infarto agudo de miocardio, sino también un diagnóstico que hasta entonces no había trascendido.
Según información difundida por The Sun, además del ataque cardíaco y una afección conocida como fibrilación auricular, los médicos descubrieron que Hogan padecía leucemia linfocítica crónica, una forma de cáncer en la sangre que nunca fue comunicada públicamente por el exluchador. La noticia tomó por sorpresa a sus fanáticos, que jamás imaginaron que el hombre detrás de la “Hulkamania” atravesaba una enfermedad tan seria.
Terry Bollea, su verdadero nombre, fue un fenómeno cultural en los años 80, protagonizó películas como Rocky III y fue una de las grandes figuras de la WWE, donde ingresó al Salón de la Fama en 2005. Aunque su carrera tuvo altibajos y controversias, en los últimos años se había reconciliado con la empresa y se mostraba activo en eventos. Su fallecimiento no solo deja un vacío en la lucha libre, sino también una imagen de fortaleza que, ahora se sabe, ocultaba una dura batalla en silencio.
Hulk’s cause of death confirmed as. a heart attack.
Medical records obtained by the Post from the Pinellas County Forensic Science Center also revealed that Hogan had a history of leukemia and a-fib. His leukemia diagnosis had not been publicly disclosed prior to his death. pic.twitter.com/D5lptoWqyO
— Booker (@RealBookerScott) July 31, 2025