Después de semanas marcadas por protestas, fallos técnicos y debates entre vecinos, el histórico quebracho blanco de Villa Allende fue finalmente trasladado este domingo a su nueva ubicación. El árbol, que se encontraba justo en el trazado de la obra de ampliación de la avenida Padre Luchesse, fue cuidadosamente reubicado a pocos metros de su lugar original, en una operación que demandó precisión extrema y movilizó a autoridades, técnicos y ambientalistas.
El operativo incluyó el uso de una grúa telescópica de gran porte, traída desde Tucumán, con capacidad para levantar hasta 300 toneladas. Durante la mañana, el árbol fue amarrado desde varios puntos, elevado unos ocho metros y depositado en una fosa previamente acondicionada. Si bien algunos temían que sus raíces superaran los 20 metros, finalmente se comprobó que no pasaban los cinco, lo que facilitó parcialmente la tarea. El traslado se realizó bajo estrictas medidas de seguridad, mientras un pequeño grupo de ambientalistas observaba desde la ruta.
El quebracho blanco se transformó en símbolo de una discusión más profunda sobre el equilibrio entre desarrollo urbano y cuidado ambiental. Su traslado quedará en la memoria de Villa Allende no solo como un hito técnico, sino como el reflejo de una comunidad movilizada. Ahora, solo el paso del tiempo y la adaptación del árbol a su nuevo espacio dirán si la operación fue un verdadero éxito.
