
Netflix cierra abril con un estreno de alto impacto: El Eternauta, la esperada adaptación de la icónica historieta argentina, ya está disponible en la plataforma. Dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín en el rol de Juan Salvo, esta serie promete posicionarse como una de las grandes producciones del año.
La historia, que combina ciencia ficción y crítica social, presenta una Buenos Aires devastada por una invasión alienígena encubierta bajo una nevada letal.
EL ETERNAUTA
Originalmente publicada en 1957 en la revista Hora Cero, El Eternauta fue creada por Héctor Germán Oesterheld junto al ilustrador Francisco Solano López. Desde sus inicios, la historieta rompió moldes al introducir un enfoque humano y colectivo frente al peligro.
Juan Salvo no es un héroe solitario, sino un hombre común que, junto a sus vecinos, enfrenta la adversidad a través de la solidaridad. Este concepto, resumido en la frase “el único héroe válido es el héroe en grupo”, marcó un antes y un después en la narrativa gráfica argentina.

La serie de Netflix también pone en valor las distintas etapas que atravesó la obra. En 1969, El Eternauta II dio un giro aún más político: Juan Salvo reaparece como un líder revolucionario, en plena efervescencia ideológica del país. Con ilustraciones del innovador Alberto Breccia, esta secuela adoptó un tono más crudo y experimental, transformando la historieta en una herramienta de crítica al contexto sociopolítico de la época.
Trágicamente, la vida de Oesterheld estuvo atravesada por la represión: fue secuestrado en 1977 por la dictadura militar debido a su militancia en Montoneros y nunca volvió a aparecer con vida. Su desaparición simboliza la brutal censura que también alcanzó a El Eternauta, prohibida por su carga subversiva. Décadas después, sus herederos recuperaron los derechos de la obra tras años de litigios, lo que permitió su reedición y adaptación audiovisual.
Hoy, con su llegada a Netflix, El Eternauta no solo revive una historia emblemática, sino que también visibiliza un capítulo fundamental de la memoria cultural y política argentina. Su estreno representa mucho más que entretenimiento: es la reivindicación de una obra que sigue interpelando generaciones.