
Luna Giardina, de 24 años, vivió un año marcado por la violencia antes de ser asesinada junto a su madre, Mariel Zamudio, de 50. La joven había regresado a Córdoba desde Uruguay con su hijo de cinco años para alejarse de una relación violenta que la había expuesto a múltiples episodios de agresión. Minutos después del crimen, el niño desapareció, aunque finalmente fue encontrado con vida.

Durante su tiempo en la provincia, Luna buscó reconstruir su vida y la de su familia. Para colaborar con el hogar y mantenerse independiente, desarrolló un emprendimiento de tejidos llamado “Tejidos de la Luna”, donde compartía su trabajo en Instagram y vendía sweaters, chalecos y alfombras. Amigos y vecinos la describen como una persona luminosa y dedicada, que a pesar de la violencia vivida, intentaba sacar adelante a su familia con mucho esfuerzo.
Amigas cercanas contaron que la decisión de volver a Córdoba se tomó tras reiterados episodios de violencia en Uruguay, donde Luna había vivido con su pareja y su hijo. “Se volvieron el año pasado porque ella sufría muchos episodios de violencia”, relató una amiga, destacando que la joven siempre buscó proteger a su hijo y mantener un entorno seguro para él.

El pequeño, que iba a cumplir seis años esta semana, quedó huérfano de madre y abuela tras el ataque. “Ya hasta habían entregado las tarjetitas. Dijeron que los nenes iban a hacer algo después del jardín”, señalaron en diálogo con ElDoce.