
“Estamos en zona roja, de combate. Hay 18.000 niños asesinados en Gaza por la guerra”. Exhausto y desesperanzado, así se lo escucha al cura argentino, padre Gabriel Romanelli, en el mensaje que envió en la noche del domingo a Clarín, sobre la situación en la Franja.
El padre Romanelli, de la congregación Verbo Encarnado y a cargo de la única parroquia católica en Gaza, relata los bombardeos sobre Zeitun, el barrio donde se encuentra su iglesia de la Sagrada Familia, y los 450 refugiados cristianos que allí permanecen.
Atrapados, rehenes de la guerra que Israel libra contra Hamas en una Gaza devastada, el padre Romanelli y su congregación se abrazan hoy a la oración y esperan.
Nada protege a la iglesia que ya fue bombardeada a mediados de julio por un tanque israelí.

Israel disculpó entonces como un “error de tiro” el ataque que causó en plena madrugada daños a la Iglesia de la Sagrada Familia. Hubo al menos cuatro muertos y varios heridos graves, según Zaher al Wahedi, director de la Unidad de Sanidad a cargo del recuento de las víctimas.
El párroco Romanelli sufrió una herida al parecer no grave en una pierna.
Romanelli se hizo famoso porque el Papa Jorge Bergoglio lo llamaba todos los días hasta poco antes de morir, el 21 de abril.
Informe de María Laura Avignolo, desde París
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