Duelo sexual después de una ruptura: cuándo (y con quién) volver a conectar

Tras una separación, no solo se desarma la rutina afectiva: también se mueve el plano sexual, que queda en un terreno nuevo, incómodo y lleno de dudas. Entre el impacto emocional y la necesidad de reubicarse, muchas personas sienten que tienen que volver a aprender qué desean, cómo y con quién. Ese período es lo que especialistas llaman “duelo sexual”: el tiempo que necesita cada persona para que su deseo y su intimidad vuelvan a ordenarse después del final de una relación.

En diálogo con Clarín, Jacqueline Orellana, psicóloga y sexóloga, asegura: “Cuando una relación de intimidad llega a su final, no solo termina un lazo: se desarma una trama que venía sosteniendo cuerpo, emoción y fantasía”. Esa caída reordena la vida entera. “Aparece una mezcla de vacío, irritabilidad, tristeza y confusión. Se altera el sueño, el apetito, la energía sexual y la tensión muscular. Y también se desorganiza el deseo: el sujeto queda un tiempo sin brújula, tratando de reubicar el propio deseo”.

El sexo como anestesia emocional

Para la sexóloga Analía Pereyra, la clave está en entender que intimidad y sexualidad no son lo mismo. “A veces se tienen encuentros sexuales en parejas que no están en intimidad. Y con intimidad nos referimos a esa posibilidad de estar con un otro sabiendo que estoy a salvo”, explica.

Tras la ruptura, ese sostén desaparece y cada persona atraviesa el duelo a su modo. “El duelo es un momento muy personal. Hoy los tiempos son otros: hay quienes inmediatamente salen a conocer gente y otras que necesitan quedarse más en su casa, dándose su tiempo personal”.

Para Orellana, existe el riesgo de que el sexo sea utilizado como una maniobra de evitación. Foto: ilustración Shutterstock.Para Orellana, existe el riesgo de que el sexo sea utilizado como una maniobra de evitación. Foto: ilustración Shutterstock.

En ese proceso, muchas veces surge la tentación de tener sexo rápido para evitar el dolor. Orellana advierte sobre esto: “El riesgo es que el sexo sea utilizado como una maniobra de evitación: un modo rápido de callar el dolor o llenar el hueco que dejó la pérdida”.

Para ella, hay señales claras de que todavía no es el momento: la comparación permanente con la relación anterior, la idealización o el enojo constante, el deseo que no aparece de manera espontánea, la dificultad para poner límites o la sensación de desconexión durante un encuentro. “El deseo necesita tiempo para reorganizarse. La prisa suele ser un intento de evadirse”, advierte.

Sexo post ruptura: ¿Con alguien conocido o alguien nuevo?

Otro dilema habitual después de una separación es con quién volver al sexo: si con alguien conocido o con alguien nuevo. Para Orellana, la pregunta central debería ser “desde qué lugar subjetivo se busca ese encuentro”.

Aun así, reconoce que ambas opciones generan efectos distintos. Con alguien conocido puede sentirse mayor seguridad porque “no hay que armar personaje”, aunque también pueden reactivarse viejos patrones o surgir malentendidos si la otra persona espera algo más. Con alguien nuevo, en cambio, puede haber aire fresco y una experiencia distinta, pero también cierta ansiedad o la tentación de usar ese encuentro para recuperar la autoestima.

Antes de pensar en cualquier reencuentro sexual, Pereyra propone volver a lo básico: cómo está cada uno. Foto: ilustración Shutterstock.Antes de pensar en cualquier reencuentro sexual, Pereyra propone volver a lo básico: cómo está cada uno. Foto: ilustración Shutterstock.

Pereyra añade: “No hay que evaluar un vínculo con alguien que recién conocemos por ese primer encuentro. Hay que darse tiempo para conocerse y dar la posibilidad de ir entrando en confianza para poder lograr una intimidad”.

Reconectar con uno mismo

Antes de pensar en cualquier reencuentro sexual, Pereyra propone volver a lo básico: cómo está cada uno. “Hoy necesitamos encontrarnos con nosotros mismos. Hacer un parate y preguntarnos cómo nos sentimos. Nuestra salud mental está en jaque”, señala.

Recomienda actividades que permitan reconectar con el cuerpo desde un lugar de calma: movimiento, respiración, naturaleza, pausas. “La respiración conecta con el aquí y ahora. Y la sexualidad disfrutada es la que ocurre en conexión, no como anestesia ni como actividad deportiva”.

fuente: CLARIN

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