Como otros presidentes durante su mandato, Donald Trump vive —desde enero de 2025—, en la Casa Blanca, en Washington D. C. Sin embargo, el multimillonario tiene otras residencias en Nueva York y Florida; una de ellas es muy utilizada por la familia para pasar el invierno. Comprada hace 40 años, es el espacio predilecto del primer mandatario.
Entre el primer y el segundo mandato, es decir entre 2021 y 2025, Trump mantuvo reuniones en una enorme propiedad situada en la Florida. Entonces, comenzó a ser conocida como la “Casa Blanca de invierno”.
Antes, en 2005, allí contrajo matrimonio con Melania Knavs, hoy primera dama. Luego de la ceremonia religiosa, hubo una gran fiesta a la que asistieron unos 350 invitados.
Aquí, la historia y los detalles del lugar que el presidente suele utilizar para descansar o para sus negociaciones políticas.
Ubicada en Palm Beach, Florida, la residencia Mar-a-Lago abarca ocho hectáreas con más de 20.000 metros cuadrados construidos. Funciona como un club privado exclusivo y mantiene una sección reservada para la familia Trump.
Trump en Mar-a-Lago, en Florida. Durante la permanencia del presidente o de miembros de su familia, la zona suele experimentar medidas de seguridad muy estrictas, cierres viales y restricciones en el espacio aéreo para proteger la residencia y su ocupante.
Según informa el diario El Mundo, entre enero y marzo de 2025, el presidente estuvo seis veces en Mar-a-Lago. Las visitas, por supuesto, desencadenan un gran operativo de seguridad.
58 habitaciones y 33 baños: los lujos de la mansión Mar-a-Lago, la residencia favorita de Trump
La historia de Mar-a-Lago (su nombre proviene de la ubicación entre el océano Atlántico y el lago Worth) comienza con su construcción entre 1924 y 1927 por Marjorie Merriweather Post, una heredera y socialité estadounidense que tenía mucho dinero.
Desde el punto de vista arquitectónico, es una villa diseñada en estilo renacentista español o hispano-morisca, muy popular en Palm Beach en los años 20. Está inspirada en la arquitectura mediterránea con un bloque central de dos plantas que contiene las habitaciones familiares y alas auxiliares para los servicios.
La residencia incluye una torre de unos 18 metros de altura con tejado de tejas, que ofrece una plataforma de observación con vistas panorámicas de Palm Beach. La casa fue diseñada para que el edificio principal no pareciera excesivamente grande, separando las zonas familiares de las de entretenimiento.
Trump, en una de sus viviendas. Entre sus materiales se destacan la piedra caliza Doria de Génova, importada en varios cargamentos y usada para el revestimiento exterior, arcos y esculturas, y miles de tejas y bloques de mármol blanco y negro provenientes de un castillo cubano. También se utilizaron azulejos españoles del siglo XV en el vestíbulo, el patio y algunas habitaciones: una de las mayores colecciones de azulejos del mundo.
El edificio tiene 58 habitaciones, 33 baños, una gran mesa de comedor de mármol de 8,8 metros, 12 chimeneas y tres refugios antiaéreos. Los interiores combinan estilos neogóticos oscuros y motivos casi ingleses, mientras que el gran salón de baile añadido por Trump es una representación del estilo burgués europeo del siglo XIX con molduras doradas y grandes arañas.
Trump compró Mar-a-Lago en 1985 por unos 10 millones de dólares en 1985. Convirtió a la residencia en un club de campo que cuenta entre sus socios con el jefe de los New York Knicks, James Dolan, el escritor James Patterson o el legendario entrenador de fútbol americano Bill Belichick. Ahora, según un artículo de Forbes, vale más de 342 millones y es la propiedad inmobiliaria más valiosa del presidente.
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